Lo que debía ser un sueño cumplido terminó convertido en una experiencia que desearían nunca haber vivido.
Una pesadilla de la que querían despertar fueron las vacaciones en Santa Marta para una familia chilena, que llegó con el sueño de disfrutar las playas del Parque Tayrona.
La familia conformada por Pamela Quinteros Guerrero de 37 años; su hijo de 2 años; hermano de 29 años; su madre de 62 años y su padre de 64 años, aterrizó el pasado 20 de febrero, en la capital del Magdalena y se hospedaron en un reconocido hotel de El Rodadero.
Mientras caminaban por el camellón del sector antes mencionado, se acercaron varios guías promocionando planes turísticos, por lo que decidieron acudir a uno de ellos para dirigirse a Playa Cristal en el Parque Tayrona.
El vendedor, llamado Alejandro, les ofreció un viaje en el que inicialmente irían vía terrestre hacia el Parque Tayrona, para luego dirigirse por mar desde Cabo San Juan a Playa Cristal.
La empresa había acordado llegar al lugar donde se estaban hospedando, recogerlos en carro y llevarlos al puerto de abordaje.
Todo parecía un excelente plan, pero, llegó el viaje, precisamente el 22 de febrero y comenzaron los incumplimientos en los acuerdos. “se supone que nos iba a recoger en una vans, pero a las 8:30 de la mañana llegó un señor llamado Wilson avisándonos que íbamos a pie hacia el puerto”, cuenta Pamela Quintero.
Además, le ofrecieron un nuevo plan porque se les había presentado un inconveniente, este consistía en viajar directamente en lancha desde El Rodadero hasta Playa Cristal y tardaría solo una hora.
Pamela, preocupada le preguntó al guía los pormenores y si era recomendable el viaje, teniendo en cuenta que iba con dos adultos mayores y un menor en brazos, a lo que contestaron que el recorrido era totalmente seguro.
Confiando en la palabra de los guías abordaron la embarcación Hawai, donde había aproximadamente 25 personas, según el relato de la turista.
En la lancha, aparte de la familia chilena, viajaban, un grupo grande de colombianos que celebraba una boda, una pareja estadounidense y unos jóvenes peruanos.
Zarparon a alta mar y las olas gigantes no se hicieron esperar, el viento soplaba muy fuerte y el choque de la lancha con el mar hacia que el agua entrara en su totalidad a la embarcación.
Los gritos no dieron espera, se escuchaban voces de desespero combinadas con las plegarias de una señora que le pedía a Dios que los protegiera, el riesgo inminente a perder la vida, acabaron con la tranquilidad de la tripulación, que solo preguntaba cuanto tiempo faltaba para llegar a su destino.
“Los que conducían la lancha intentaban tranquilizarnos diciéndonos que era normal y que nos quedáramos quietos porque entre más preguntáramos y nos desesperáramos iba a ser peor” expresa Pamela, un poco angustiada recordando el momento.
“Recuerdo que sostenía muy fuerte a mi hijo, porque se me deslizaba entre los brazos, la embarcación iba aproximadamente a 100km por hora, me daba mucho miedo chocar o que naufragáramos porque a esa velocidad el impacto contra el mar sería muy fuerte y peligroso” continúa diciendo.
La travesía duró aproximadamente 40 minutos.
Cuando por fin llegaron a playa Cristal, la mayoría de los tripulantes tramitaron su regreso terrestre por el pánico que les originó, solo un estadounidense y un peruano regresaron por mar.
Pamela, habló en exclusiva desde Chile con Santa Marta Al Día y comentó que, durante el viaje hubo otra clase de irregularidades como que los chalecos salvavidas estaban en mal estado y que les cobraron un seguro inexistente, porque se percataron que no se detuvieron en el lugar donde se supone los entregarían.
Días después, tras investigar información sobre los tours, se dio cuenta que para la fecha las autoridades habían restringido estos tipos de viajes en alta mar, por las condiciones meteorológicas, lo que indica que la agencia hizo caso omiso a las recomendaciones.
La mujer interpuso las respectivas quejas a la agencia y además denunció ante organismos y entes de control, pero hasta el momento no ha obtenido respuestas concretas.
Asimismo, manifiesta que quedó encantada con la ciudad, pero este acontecimiento le dañó sus vacaciones y que difícilmente volvería a venir.
Muy bonito el paseo pero casi nos matamos, literal, sin exagerar. Les contaré cómo
Estamos en Santa Marta @SantaMartaDTCH y en rodadero se te acercan a cada rato vendedores de todo. Decidimos comprar un tour a playa cristal en la agencia del Valle Tour. Alejandro, el vendedor
— PQ (@Pame_Q) February 24, 2023