Plataformas como Facebook o WhatsApp están intentando tomar medidas para limitar la viralidad de la información falsa.
Teorías de la conspiración, tratamientos inapropiados o consejos falsos de prevención, la propagación relámpago de informaciones falsas de todo tipo sobre el nuevo coronavirus perjudica la lucha de las autoridades para frenar la pandemia.
Ya en febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre la “infodemia masiva” que rodeaba a la covid-19, es decir, una sobreabundancia de informaciones, que no siempre son verdaderas o exactas.
Prueba de ello desde el inicio de la epidemia, el servicio de factchecking de la AFP (AFP factual) publicó no menos de 140 artículos en inglés verificando las afirmaciones falsas más virales, 52 en español y 53 en francés.
“Las mismas informaciones falsas aparecen en Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina a pocas horas de diferencia”, explica a la AFP Cristina Tardaguila, directora asociada de la red internacional de factchecking IFCN, cuyos miembros, presentes en 45 países, comparten sus artículos.
“Hemos ganado batallas”, con afirmaciones falsas que han dejado de circular, asegura Tardaguila, “pero estamos perdiendo la lucha vinculada con los falsos tratamientos y las falsas prevenciones”.
Porque, a falta de un tratamiento médico contra el coronavirus, los falsos remedios (tomar cocaína, beber lejía), las falsas recomendaciones (no utilizar gel desinfectante porque es cancerígeno), los números de emergencia falsos y las pruebas de detección falsas se multiplican por las redes.
– Velocidad de reacción –
Si la gente deliberadamente crea y comparte contenido falso, con fines de conspiración -como los vídeos que afirman que el virus fue creado en un laboratorio francés- o incluso comercial -como los falsos remedios a la venta- “muchas personas” transmiten afirmaciones sin saber que son falsas y, por tanto, sin “malicia”, comenta a la AFP Claire Wardle, experta en la desinformación.
Con la introducción de medidas de contención en varios países, el fenómeno se intensifica.
“Muchas personas están en casa solas, así que todos se envían mensajes porque la gente está asustada y quiere ayudar”, destaca la experta.
Y especificidad de esta crisis sanitaria mundial, que ha causado más de 10.000 muertes en el mundo desde su aparición en diciembre, es justamente la desinformación, que “afecta absolutamente a todo el mundo, incluidas las personas educadas”.
Tomado: El Espectador.