Karen Maldonado madre del pequeño Ali David Sánchez, el niño desparecido en Minca hace un año, aún recuerda con nostalgia el último momento en que vio a su hijo por última vez.
Aquel pasado 28 de octubre Karen Maldonado había dejado a Ali en la sala de la casa por unos minutos, porque iba a lavar una ropa en el patio, pero cuando regresó ya el menor no estaba en el lugar, desapareció extrañamente.
“Siento un dolor tan grande de no tener noticias o no saber nada de él, no tenemos respuesta de lo que pasó. Después que las autoridades emprendieron la búsqueda en esos días, no han venido más a Minca” , aseguró envuelta en lágrimas Karen.
Las noches para esta mujer, desde hace un año ya no son las mismas, y muy poco puede dormir, porque en su mente se mantienen pensamientos e interrogantes por la desaparición de su hijo.
En dicho momento las autoridades dieron a conocer varias hipótesis sobre el hecho, una de ellas que el niño presuntamente había caído al río Minca en un descuido de su madre, o que posiblemente había sido raptado por una banda criminal, pero estás versiones nunca fueron confirmadas.
“Todos los días recuerdo a mi hijo, cuando lo sacaba a comer, a jugar, siempre dormía encima mío. Extraño ver sus ojitos” dijo Karen.
Para la familia Sánchez Maldonado la nostalgia aumenta, sobre todo al saber que se aproxima la época navideña; todos como de costumbre se reúnen en casa, pero en esta ocasión no quieren un diciembre gris sin presencia de Ali.
“Nosotros acostumbramos a estar juntos, pero ahora nada de eso es posible, todo ha cambiado. Pido a las autoridades que sigan investigando, y a la comunidad que, si logra ver a mi hijo que me avisen de inmediato”, manifestó la inconsolable madre.
EL PADRE SUFRE
Por otro lado, la zozobra e incertidumbre también invade a Ali Sánchez, padre del niño, quién tiene las esperanzas de algún día poder volver a verlo o cargarlo entre sus brazos.
Sin embargo, Karen y Ali tratan incansablemente de salir adelante, en medio de las circunstancias que les ha puesto la vida; ellos trabajan a diario en un restaurante en Minca para llevar el sustento a sus otros dos hijos, Katia y Jefferson, los cuales se quedan en casa haciendo algunas labores necesarias del hogar.
“Yo creo que a mi hijo se lo robaron, el no puedo haber caído al río, porque los organismos de socorro nunca lo encontraron. Él era un niño que no acostumbraba a salir a jugar a la calle, también teníamos ese cuidado, no entendemos que pasó” dijo Ali Sánchez.