Vecinos quedaron perplejos al no detectar señales de violencia en el hogar de la pareja; la investigación busca esclarecer qué desencadenó este trágico desenlace.
El silencio habitual de las primeras horas en el barrio Limonar Dos, en San Antonio de Prado, fue quebrado por el hallazgo de dos cuerpos en el interior de una vivienda: una mujer de aproximadamente 35 años y su esposo, un exintegrante de las fuerzas militares.
Según las autoridades, todo apunta a un caso de violencia intrafamiliar con desenlace fatal, en el que el agresor habría ultimado a su cónyuge antes de quitarse la vida.
Los equipos de la Policía Metropolitana y de la Fiscalía llegaron al lugar tras la llamada de una vecina, quien alertó por el intenso ruido y la ausencia de respuesta a los golpes en la puerta. Al ingresar, encontraron a la pareja tendida en el piso de la sala: ella con heridas de arma blanca y él con una herida de proyectil compatible con un arma de fuego. Junto a ellos, una carta manuscrita sugeriría un estado emocional alterado del exmilitar, que residía allí desde hacía varios años.
Vecinos entrevistados por los investigadores aseguraron que, hasta hace pocas horas, la pareja no había dado signos de conflicto: “Los veía siempre saludando, él trabajaba como operario en una finca cercana y ella vendía empanadas los fines de semana. Para nosotros era una familia más del barrio”, comentó una residente.
La Fiscalía General de la Nación, a través del Grupo de Homicidios, recolectó evidencias físicas y testimonios para reconstruir la cronología de los hechos. Se revisarán las comunicaciones del exmilitar y sus redes de apoyo, así como eventuales antecedentes disciplinarios en su hoja de servicio.
