Una flota de más de 30 autobuses municipales del transporte público fue incendiada
El expresidente Evo Morales deslindó su responsabilidad por el caos que vive el país tras su renuncia y culpó a los líderes de la oposición de haber orquestado un golpe de Estado para derrocarlo con las protestas que convulsionaron al país tras las polémicas elecciones del 20 de octubre.
“Los golpistas que asaltaron mi casa y la de mi hermana, incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros… ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe”, dijo por Twitter el exmandatario el lunes.
La Paz amaneció en tensa calma tras una noche de violencia. Turbas atacaron y saquearon comercios e incendiaron las casas de exautoridades y líderes opositores. Una flota de más de 30 autobuses municipales del transporte público fue incendiada. En la madrugada la policía salió para repeler la acción de los grupos vandálicos.
Bolivia entró el lunes en un vacío de poder e incertidumbre política tras la renuncia del mandatario, presionado por el ejército y semanas de protestas masivas. También renunciaron todas las autoridades llamadas a sucederlo, según la constitución.
La situación es tal que no hay fecha para que se reúna la Asamblea Legislativa, que debería elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los titulares del Senado y de la Cámara de Diputados también dimitieron.
El comandante de la policía, general Yuri Calderón, reconoció el lunes que esa fuerza no pudo abastecerse debido a los “múltiples focos de conflicto” en La Paz y la vecina ciudad de El Alto y anunció la llegada de agentes de otras ciudades para ayudar a controlar el orden público.
Las calles seguían sin patrullaje policial el lunes en la mañana. En otras ciudades se mantenían los bloques callejeros opositores. En Santa Cruz, bastión de la oposición, el líder cívico Luis Fernando Camacho llamó a mantener el paro por dos días más hasta que el Legislativo elija al sucesor de Morales.
Tras la renuncia del mandatario también dimitieron el vicepresidente Álvaro García, que a la vez era presidente de la Asamblea Legislativa. La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de Diputados, Víctor Borda, renunciaron también a sus cargos.