La entrega de estas insignias se había suspendido por causa de la pandemia del Covid-19.
Con la recepción de batas blancas, un grupo de 14 estudiantes de décimo semestre del Programa de Medicina de la Universidad del Magdalena realizó su transición al internado rotatorio, que se constituye en la etapa final de su formación académica y en el primer paso hacia la vida profesional.
Durante un año, los futuros médicos pondrán en práctica los conocimientos adquiridos, desempeñándose en cinco grandes rotes como medicina de la mujer, pediatría, medicina interna, cirugía y urgencias, en instituciones y entidades de la salud ubicadas en Bucaramanga, Cartagena, Valledupar, Barranquilla y Santa Marta, con las cuales la Alma Mater sostiene relaciones de docencia-servicio en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La entrega de estas insignias que representan la pureza, honestidad y seriedad que deben regir su ejercicio laboral, fue presidida por la doctora Ángela Romero Cárdenas, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud; la médica magíster Karin Rondón Payares, directora del Programa de Medicina, y docentes de diversas áreas académicas.
Asimismo, los padres de familia acompañaron a sus hijos en la imposición que se desarrolló en el auditorio Julio Otero Muñoz de esta Casa de Estudios Superiores.
Esta es la primera ceremonia de imposición de batas blancas que se realiza de manera presencial después de dos años de pandemia por Covid-19, por lo que los directivos, docentes, estudiantes y sus familiares manifestaron su beneplácito de volver a llevar a cabo este emotivo acto que simboliza para los futuros médicos la responsabilidad de intervenir y velar por la vida de los seres humanos.
“Retomar este espacio presencial genera gran satisfacción. Este es un logro donde inician la siguiente etapa de su vida académica en los ciclos hospitalarios. El internado rotatorio hace parte del último peldaño de la formación de pregrado (…) requiere avanzar una serie de etapas dentro de lo básico y lo clínico, donde se reúne una serie de competencias”, expresó la médica magíster Karin Rondón.
Los 14 alumnos que recibieron la bata blanca fueron formados bajo estrictos estándares de calidad académica, científica y humana, y están capacitados para identificar necesidades, formular estrategias y abordar integralmente a sus pacientes.
Por otro lado, Daniela Olivo Muñoz, estudiante de décimo semestre, afirmó: “esta bata blanca significa el compromiso, el amor, el servicio y la entrega que tenemos con toda la comunidad que nos rodea y con nosotros mismos (…) es el inicio de un nuevo comienzo y un nuevo horizonte”.
De acuerdo a lo consignado en el Plan de Desarrollo Universitario 2020-2030 ‘Unimagdalena Comprometida’, el Programa de Medicina cumple con el propósito de formar profesionales integrales con pertinencia en su entorno, orientados y capacitados para solucionar los problemas de salud a nivel nacional e internacional, a través de acciones de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación, bajo sólidos valores éticos y un alto grado de compromiso social.