Motivada por mejorar las condiciones de vida de su familia y de su comunidad, esta aguerrida mujer pasó de ser vendedora de pescado y empleada doméstica a concejal del municipio de Santa Ana – Magdalena.
Su vida no ha sido fácil y le ha tocado luchar para alcanzar sus objetivos… es la historia de Minelvis Aragón Gómez, una madre cabeza de hogar que desde el corregimiento de Jaraba en Santa Ana, Magdalena, es muestra de que los sacrificios siempre tienen su recompensa.
Uno de sus más grandes deseos era superarse académicamente y gracias al Plan de Desarrollo 2020-2030 de la Universidad del Magdalena, en la que busca aportar a la transformación social, económica y cultural del territorio, Minelvis logró acceder a la educación superior.
Junto a su hija, comenzó sus estudios en el programa Técnico Laboral en Oficinista, Clasificación y Archivo, a través de un convenio interinstitucional entre la Alma Mater y la Alcaldía Municipal, donde actualmente cursa su segundo semestre.
Esta aguerrida mujer tiene tres hijos y cada fin de semana viaja en una canoa desde Jaraba, a 20 minutos de la cabecera de Santa Ana, para recibir las clases y cumplir una de las tantas metas que se ha propuesto.
El deseo de salir adelante ha estado presente en su vida. A pesar de ser madre a temprana edad y haber sido abandonada por el padre de sus hijos, nunca dejó morir sus sueños; sabía que tenía que trabajar duro para lograrlo. Por eso, antes de la luz del día, salía a pescar mientras sus tres pequeños quedaban al cuidado de su madre para posteriormente vender el producto y asegurar el sustento diario.
La falta de oportunidades laborales y teniendo la convicción de que sus hijos debían tener una mejor calidad de vida, la obligaron a marcharse de su tierra natal; viajó a Bucaramanga a buscar nuevas oportunidades, allí se empleó como doméstica, pero nunca perdió la conexión con su gente.
La perseverancia y el don de servicio son sus mayores cualidades, que le han permitido ser reconocida y querida en su comunidad por la que siempre ha luchado.
Después de un tiempo y por petición de sus coterráneos regresó para aspirar al Concejo del municipio, obteniendo la curul con la mayor votación, desde donde hace propuestas en beneficio de su pueblo.
“Soy una mujer orgullosa por todo lo que he logrado. No me avergüenza decir que me he puesto una ponchera en la cabeza para vender pescado; son experiencias de la vida y me siento feliz”, indicó Minelvis Aragón.
Agradeció a la Universidad por llevar educación pública de calidad a su municipio, donde las oportunidades son escasas y aseguró que desde el Concejo seguirá impulsando proyectos que les permitan a más personas de su tierra formarse académicamente, así como ella lo ha logrado.
Ahora su proyección es continuar formándose para seguir siendo ejemplo de superación, constancia y disciplina.