Todos los colombianos conocen el caso de Luis Alfredo Garavito, el mayor violador y asesino de Colombia, quien es señalado de abusar y matar a más de 190 niños en diferentes ciudades del país e incluso, hasta en Ecuador.
Según se ha conocido en los últimos años, Garavito sabía muy bien cómo aprovecharse de los menores y que siempre los investigaba antes de abordarlos. Este violador elegía niños humildes, de zonas rurales o en condición de calle, les ofrecía dulces o unas cuantas monedas y les pedía que lo ayudarán con un favor para evitar llevárselos a la fuerza.
Hasta el momento se sabe que todos los niños murieron, a excepción de uno: Carlos Alberto, quien logró salir con vida después de sufrir las torturas del hombre y engañarlo para salvar su vida. Carlos recuerda que se encontró con Garavito en Circasia, Quindio y le pidió un favor a cambio de unas monedas para comprarse unos dulces.
El favor era simple: acompañarlo a un lugar para cargar unos costales, el pequeño accedió y se fue caminando con el hombre hasta el Alto de la Taza, reconocido monte solitario donde Garavito cometió varios crímenes.
En ese momento, Garavito le dijo Carlos que no había ningún favor y que “a él no le gustaban las mujeres sino los hombre”, seguido de este, el hombre sacó un cuchillo, lo agarró por el cuello y le preguntó “¿Cómo quiere que me lo coma”.
Se tomó un sorbo de media botella de aguardiente, lo amarró y partió algunas cuchillas para ponérselas entre sus dedos y así lastimar al menor mientras abusaba de él en su cola, pecho y cuello, esto era un ritual que tenía siempre antes de abusar de su víctima.
Cuando terminó, Carlos se sentía lastimado, humillado, con mucho miedo y dolor, en ese momento, Garavito le preguntó “si le había gustado” y en su intento por sobrevivir Carlos le dijo que sí, a lo que el violador sonrió y le dijo: “Nos vemos la otra semana. Así me gusta, que le haya gustado”.
Según Carlos, sobrevivió por no oponer resistencia y asegura que si hubiera contestado que no, lo hubiera matado como a los otros niños, a quienes les cortaba el vientre hasta desangrarlos o los degollaba y luego los enterraba.
Actualmente, Garavito está recluido en la prisión de La Tramacua, en Valledupar, donde paga su condena de 40 años y pasa sus días en su celda doble tejiendo manillas, aretes y collares. Es compañero de Patio de Popeye, “La bestia del matadero”, “El monstruo de fundación”, Rafael Uribe Noguera y otros asesinos y violadores.
Familiares y muchos colombianos afirman estar indignados porque se dice que en poco tiempo, Garavito habrá cumplido las tres quintas partes de su condena (más del 50%) y podría quedar en libertad condicional.
“Las tres quintas partes de la condena de Garavito son 24 años, físicamente ya cumplió 19 años de su condena, además ya ha trabajado aproximadamente 8 años (…) estos números dejan ver que los 24 años ya los cumplió o está muy cerca de cumplirlos.” escribió El Tiempo en una investigación que hizo del caso.
