El municipio tiene que lidiar con problemas de agua y electricidad.
“Que sol tan bravo mi llave”, “aquí entra el diablo y sale corriendo”, “un día vamos a amanecer convertidos en carbón”, son algunas de las expresiones que se escuchan en El Difícil cuando llega el mediodía.
Este pueblo, de unos 19 mil habitantes, según un listado publicado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), es el municipio más caliente de toda Colombia.
En esta localidad, donde la gente vive del comercio, el campo, la ganadería y el mototaxismo, la temperatura llega hasta los 40,6 grados centígrados.
Dicha medición sustenta la queja permanente que tiene esta población, que se siente que vive en un desierto, porque además del calor que es insoportable, no tienen agua y hay deficiencia en la energía.
Y es que los ariguanenses, a pesar de que se sienten orgullosos de sus raíces y de haber nacido en una tierra de acordeones, no dejan de reconocer que enfrentar a diario los rayos del sol en combinación con la precariedad de los servicios públicos, es todo un desafío.
Problemas con el agua y la luz
Según el informe del diario EL TIEMPO, en más de la mitad del pueblo el agua no sale por la tubería en las viviendas, así que a la gente no le queda otra opción que caminar calles enteras empinadas en busca del preciado líquido en aquellos sitios privilegiados.
Otros, para evitar ese desgaste, prefieren comprar el recurso hídrico a transportadores que venden la pimpina a 500 y 800 pesos.
En el departamento del Magdalena la cobertura de acueducto es de 67.3% según el DANE-2018 y de alcantarillado 31.4 %.
Germán Gamarra, residente del barrio Las Flores, por su parte expresa que “sino es el agua, entonces es la luz que no es eficiente”. Su crítica la sustenta en que la energía eléctrica presenta mucha intermitencia y suele fallar cuando prenden aires acondicionados y varios abanicos al tiempo junto a otros electrodomésticos.
“Aquí es imposible sentarse ver televisión sin prender un ventilador tan siquiera, lastimosamente cuando hay más de un electrodoméstico encendido, los transformadores se saturan y se va la luz”, relató.
Electricaribe, a través de su gerente, Jorge Rivero, manifestó que los problemas en la prestación del servicio se registran por la sobrecarga de energía que se registra en ciertas horas del día, especialmente en aquellos barrios donde se ha detectado conexiones fraudulentas que son poco más del 30 por ciento.
No obstante, el gerente de la entidad se comprometió a realizar unas inversiones para mejorar la infraestructura eléctrica del municipio.
“Tenemos planteado utilizar más de seis mil millones de pesos para descongestionar el sistema eléctrico y potenciar los transformadores, eso permitirá una mayor regularidad en la distribución del servicio”, informó.
El desafío de caminar
“No sé qué tiene este pueblo que quien llega no se quiere ir a pesar de las altas temperaturas y los problemas qué hay. Quizás la gente y el trato enamoran a los foráneos”, expresó Leonel Mendoza, que desde el Barrio Arriba, se abanica su rostro sudoroso con un pedazo de cartón.
Eso sí, Mendoza aclara que la excepción son los venezolanos, que salen espantados porque no consiguen trabajo y por el calor.
Ariguaní fue levantado sobre lomas, es decir que las personas para dirigirse de un lado a otro en lugar de caminar escalan por calles que son pronunciadas pendientes.
No solo la gente sufre. En el municipio, abundan los talleres mecánicos, como el de Luis Villalba, donde llegan seguido los carros con el motor recalentado.
Pero en realidad, el principal medio de transporte que utilizan los ariguanenses es la motocicleta, ya sea como conductor o parrillero.
Aquellos que no tienen la posibilidad económica de andar en moto, optan por movilizarse a pie, eso sí, no pueden hacerlo sin la sombrilla que los cubra un poco.
De este grupo de personas hace parte Leonel, quien dice que, si bien es posible acostumbrarse a las elevadas montañas, siempre será una tortura tener que lidiar con los rayos del sol.
En el espacio público se ven muy pocos vendedores ambulantes porque no soportan estar expuestos a los rigores de los rayos del sol.
Los comerciantes, tenderos y dueños de negocios optaron por ponerles “techo” a las calles.
Se organizaron y tienen enormes polisombras para así reducir el resplandor y hacerles la vida más llevadera a sus trabajadores y, por supuesto, a los clientes.
Diego García, quien se dedica al mototaxismo, dice que no sale sin ponerse protector solar, guantes y una careta, pues son tan importante como el casco para proteger su integridad física y su salud.
Afectaciones en la salud
Los médicos del hospital municipal reportaron en el último año un aumento en el número de pacientes con problemas de tensión y lesiones en la piel.
Las autoridades de salud del departamento recomiendan a las personas que conviven con altas temperaturas tomar abundante agua y evitar realizar actividades físicas, especialmente en horas donde se presentan los picos de calor.
El alcalde municipal, David Farelo indicó “que en nuestro Plan de Gobierno contempla proyectos verdes para oxigenar al pueblo con la plantación de árboles en parques y las iglesias”.
Nota especial de: EL TIEMPO