Los afectados aseguran que ninguna de las empresas que ha operado los servicios de agua y alcantarillado les ha dado una solución, piden ayuda al gobierno local.
Vecinos y comerciantes cercanos al parque del barrio Bastidas han tenido que lidiar durante muchos años con el rebosamiento de aguas de alcantarilla, una problemática que de manera persistente va acompañada de olores nauseabundos, y enfermedades o virus en quienes habitan en este punto de la ciudad.
Otras de las situaciones que han tenido que vivir los vecinos, son el derramamiento de estas aguas al interior de las viviendas, cuando en ocasiones hasta por la tubería de los patios y los inodoros se presentan los derrames, teniendo que convivir esas aguas putrefactas que les impiden el desarrollo normal de sus labores y les afectan la salud.
Las deficiencias y poca capacidad en el sistema de alcantarillado han conllevado a que los habitantes radiquen innumerables quejas y llamen vía telefónica a los funcionarios encargados de las entidades pertinentes, pero nunca dan solución.
“Creo que nosotros no merecemos vivir esto, a mí me ha tocado hacer el llamado a la Secretaria de Salud, porque aquí donde vivo me acompañan adultos mayores y niños, y a ellos les ha salido rasquiña y llagas en la piel, por la presencia de esas aguas en las calles” dijo Carmen Contreras, moradora del sector.
Otros de los afectados son los estudiantes de la IED Rodrigo de Bastidas, quienes tienen dificultades a la hora de atravesar las calles cuando se dirigen a sus clases, algunos temen caer y ensuciar los uniformes con las aguas negras que se mantienen acumuladas en el lodo.
Carlos Orozco, dueño de una ferretería asegura que “este es el karma del barrio, en el tiempo que tengo de estar trabajando aquí siempre he visto esas aguas, ya los clientes no quieren venir a comprar al negocio, porque no soportan los malos olores y no quieren ensuciarse. Indudablemente las ventas han bajado”.
En la época invernal la problemática aumenta, y los rebosamientos son más constantes, convirtiendo las principales vías en un lodazal; por lo que, los vecinos han tenido que colocar piedras y tablas como medida para que otros puedan pasar cuando les toca hacer diligencias en el mencionado barrio.
Juan Vargas, líder comunal del barrio, manifestó “esta ha sido una lucha y una pelea durante mucho tiempo contra las empresas prestadoras de servicios públicos y ahora la Essmar. El barrio no ha cambiado en cuanto a este tema, porque cuando estaba Veolia era lo mismo, y nunca tienen solución, vivimos marginados y olvidados por el gobierno distrital”.