Los pequeños fueron asesinados por los nazis. Alrededor de 10 mil personas de una pequeña ciudad de Polonia fueron masacradas: unos 6.000 judíos y unos 2.000 polacos católicos en junio de 1942.
Un silencio bosque, cubierto de altos árboles, fuertes y majestuoso esconde una historia desoladora, que rompe el corazón, el horror está en el aire.
De acuerdo a lo investigado por los documentalistas de Marcha por la Vida, Tarnow era una pequeña ciudad polaca con una vida cotidiana tranquila, una vida de provincias.
“Sus habitantes reían, lloraban, trabajaban, se divertían. Se enamoraban, se peleaban. Cada uno tenía su oficio. Había sastres, relojeros, zapateros, médicos, policías, artistas y abogados. Pero el ritmo y la historia de la ciudad se modificaron, como todo, cuando los atravesó la Segunda Guerra Mundial”, dice el documental.
Asimismo, se dice que la invasión alemana se hizo sentir con la persecución a los judíos. Alrededor de 10 mil personas de Tarnow fueron masacradas, más de 6.000 judíos y unos 2.000 polacos católicos. En junio de 1942 se produjo el pico de alienación y barbarie.
Seguidamente el documental muestra que los habitantes de Tarnow fueron trasladados a unos 10 kilómetros de su pueblo, al bosque de Buczyna, en Zbylitowska Gora. Allí, entre los inmensos árboles con varios siglos de antigüedad, se produjo la masacre.
“Los cuerpos se apilaban uno sobre otro. Una montaña de cadáveres en la que se hacía imposible determinar dónde empezaba uno y dónde terminaba otro”, contaban en el documental Marcha por la Vida.
A los soldados nazis se les presentó un gigantesco problema, el cual no habían calculado. Los hijos pequeños de estos padres y madres aniquilados habían quedado depositados en una casa de pequeñas dimensiones.
“Bajo el cuidado de nadie, separados de sus padres para siempre, los chicos –había bebés y los más grandes apenas tenían 8 años– hacinados, sin alimentos, sin bebidas, sin las menores condiciones de higiene, permanecieron varios días sin que nadie les prestara demasiada atención”, relatan en el reportaje.
Alrededor de 800 fueron transportados al bosque de Zbylitowska Gora y fusilados en medios de llantos, gritos y desesperación.