Familiares y vecinos acompañaron el sepelio de la niña de tres años, cuya muerte desató conmoción y una ola de indignación en el corregimiento. Autoridades mantienen abiertas dos investigaciones paralelas.
El corregimiento de Mingueo vivió en silencio el último adiós a Shelsy, la niña de tres años cuya muerte estremeció a toda la comunidad. En una vivienda humilde, adaptada como sala de velación, familiares, vecinos y allegados asistieron al funeral que se extendió durante la noche, marcado por el llanto, el desconcierto y la exigencia de una respuesta clara por parte de las autoridades.
El pequeño féretro blanco, rodeado de flores y mensajes de despedida, se convirtió en el centro de una jornada cargada de dolor. A pocos metros, una fotografía de la menor con su toga escolar recordaba la corta vida que hoy lloran sus seres queridos. Varias personas permanecieron junto al ataúd, muchas de ellas sin poder contener la tristeza.
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El ambiente en Mingueo sigue siendo tenso. La comunidad no solo enfrenta la pérdida de la menor, sino también la muerte de Gabriel Enrique Fernández Bermúdez, el adolescente de 14 años señalado inicialmente en redes sociales y encontrado sin vida horas después del crimen. Su fallecimiento ocurrió sin que las autoridades alcanzaran a verificar su presunta participación.
En el funeral, líderes comunitarios insistieron en la necesidad de que el caso avance por las vías institucionales y evitar que nuevos episodios de violencia agraven la situación en el corregimiento. “Queremos justicia, pero una justicia real”, expresó uno de los asistentes.


