Durante este tiempo se realizarán estudios para que la medida se reactive con algunos cambios que permitirán mejorar la movilidad.
Un mes fue el tiempo acordado entre el gremio de taxistas y la Alcaldía de Santa Marta, para que se reactive la medida del pico y placa para vehículos particulares en la capital del Magdalena.
Tras una extensa reunión, los representantes de la mancha amarilla se acogieron a la medida, que tiene como finalidad la realización de un estudio que permitirá conocer cuál es la mejor opción para garantizar una movilidad más fluida en el Distrito.
A través de su cuenta de X el alcalde, Carlos Pinedo, quien lideró la mesa de trabajo con el gremio manifestó “logramos consenso con los taxistas frente a la decisión de levantar el pico y placa: el gremio finalmente se acoge a la medida, lo que permitirá realizar el estudio correspondiente para buscar mejorar la movilidad en Santa Marta. También”.
Así mismo, indicó que llegaron a otros acuerdos en beneficio de todos. Y resaltó que 𝗱𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 𝟮𝟳𝟯 por medio del cual se dispuso la suspensión del pico y placa el pasado 11 de marzo 𝘀𝗲 𝗺𝗮𝗻𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝘆 darán inicio a 𝗹𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁𝘂𝗱𝗶𝗼𝘀.
En ese orden, la medida de pico y placa para particulares se reactivaría con algunos cambios el próximo 8 de abril.
La idea es culminar un estudio técnico de movilidad con el cual se medirá el flujo cotidiano de automotores y explorar así nuevas estrategias en aras de dinamizar el tráfico por las principales calles y avenidas de Santa Marta, detectar los puntos más neurálgicos y adoptar mayores controles a la ilegalidad con regulación en las denominadas ‘horas pico’.
Es de anotar, que los líderes de la industria del taxi le pidieron a la administración distrital que se haga una mayor regulación para frenar la competencia que ejercen los particulares que no están autorizados para hacer carreras tipo colectivo, e inclusive algunas chivas rumberas que transportan turistas hacía los hoteles.
De otro lado, se pudo conocer que existe un consenso entre los conductores de taxis quienes piden una revisión a las altas tarifas que exigen los dueños ya que se ven obligados a trabajar hasta 18 horas para poder llevar a sus hogares entre $30.000 a $50.000, teniendo en cuenta que el vehículo debe entregarse tranqueado y lavado.
El incremento de los combustibles como la gasolina, el pago de la frecuencia radial diaria, la compra de repuestos, aceite para frenos, lubricantes y otros gastos que componen la canasta del transporte público individual hacen de la industria del taxi un negocio a todo riesgo al que desafortunadamente como al ‘perro más flaco se le pegan las garrapatas’.