La deliberación de este sábado 6 de julio se caracterizó por la exasperación de los ánimos entre muchos de los concejales, señalamientos personales y el hundimiento de 6 proposiciones que presentó la minoría del cabildo.
El presidente del Concejo de Santa Marta, José Manuel Mozo, cerró abruptamente la sesión de este sábado 6 de julio ante el “ambiente hostil” que enmarcó el desarrollo de las deliberaciones, las cuales transcurrieron entre señalamientos, acaloradas discusiones y hasta cuestionamiento de temas personales entre varios de los concejales.
Poco antes de que Mozo declara cerrada la sesión, el concejal Enrique González había manifestado que Medicina Legal debería hacer pruebas toxicológicas a los miembros de la corporación antes de los debates; en referencia al estado de sus compañeros al momento de sus respectivas intervenciones.
A partir de ahí, se caldearon los ánimos y la situación se estaba tornando más tensa de lo que venía sucediendo, especialmente con las intervenciones de los concejales Wiston Vargas, Miguel Martínez, el propio Enrique González y Pedro Gómez, entre otros.
La bancada minoritaria del Concejo venía manifestando su descontento después que en la sesión de hoy les fueran negadas seis proposiciones sobre diversos temas.
Entre las propuestas que no prosperaron se cuentan tres del concejal Vargas en las que pidió debate a la situación de la calle 30, al tema de la salud respiratoria y al del CAI del barrio María Eugenia.
La mayoría también ‘hundió’ las proposiciones de Miguel Martínez sobre los rebosamientos de alcantarillas, la ocupación de los cerros y la de entregar nota de estilo a Orielson Cervantes, el operario de aseo que devolvió un bolso con dinero de unos turistas en El Rodadero.
Para el bloque mayoritario, muchas de estas propuestas eran improcedentes, por lo que dieron su voto negativo.