Desde hace más de un mes, en la morgue de Aguachica no hay turnos cada dos fines de semana porque renunció uno de los médicos.
Vecinos del municipio de Aguachica en el Cesar, pasan una curiosa pero negligente situación: “toca hacer turno para morirse”.
El pasado sábado, la familia de Walter Jiménez Badillo recibió la triste noticia de que había muerto en un accidente de tránsito en la vía nacional cuando viajaba hacia su trabajo.
Aunque fue trasladado al Hospital Regional José David Villafañe, llegó sin signos vitales. Su muerte enlutó a una familia y dejó sin padre a dos menores. En medio del dolor, sus familiares llegaron al hospital para trasladar su cuerpo hasta la morgue de Aguachica. Sin embargo, ese día no había turno.
Desde hace más de un mes, en la morgue de Aguachica no hay turnos cada dos fines de semana porque renunció uno de los médicos. Mientras Medicina Legal logra contratar al nuevo médico, a familias como la de Walter Jiménez les toca viajar a otros municipios para la realización de la necropsia.
Pero la falta de personal no es el único problema.
La morgue de Aguachica es un pequeño salón ubicado en el cementerio que cuenta con dos neveras para una población de casi 130.000 habitantes, que también es centro de servicios para municipios del sur del Cesar, Santander, Norte de Santander y Magdalena.
Por eso, es normal que se acumulen hasta cinco cuerpos en ese pequeño espacio.
El Consejo de Estado ordenó a Medicina Legal construir una sede en Aguachica, así lo dio a conocer el abogado Frayd Segura. Por eso, en el Concejo del Municipio se está discutiendo la compra de un lote de 556 metros para construir la sede.
Además, como está ubicada en zona residencial, los casos de cuerpos putrefactos deben ser trasladados a otros municipios. “Es incapacidad de los gobernantes porque Medicina Legal está pidiendo un terreno para construir desde hace 15 años. A los alcaldes no les interesa porque ellos no harán la construcción”, señaló un exconcejal del municipio.