Desde muy pequeño, Dagoberto Giraldo, acostumbró a su hijo Pipe Bueno a las fincas y el mundo de las cabalgatas, porque si el cantante no se hubiera inclinado por el mundo de la música, lo más seguro es que hoy en día sería uno de los mejores chalanes de Colombia.
Sin embargo, cuando su padre supo que lo de Pipe era la industria musical y no los caballos, no dudó un segundo en apoyarlo, al igual que su madre, quien pese a que se separó del papá del cantante cuando él tan solo tenía ocho años, siempre estuvo con Pipe en cada momento importante.
No obstante una noticia que recibió el 30 de julio del año 2009 le cambió la vida al cantante: su papá fue detenido por narcotráfico en el aeropuerto internacional Dulles de Washington. A Giraldo se le acusaba de tener nexos con Nicolás Bergonzoli, conocido en las AUC como alias ‘Don Julián’, quien fue mano derecha del jefe paramilitar Carlos Castaño y del narco del Cartel de Cali, Hélmer ‘Pacho’ Herrera.
Lo que muchos desconocían en ese entonces es que Giraldo, era conocido en el bajo mundo como “Percherón”, y que había creado vínculos con alias ‘Cuco Vanoy’, fundador del Bloque Mineros de las AUC en Tarazá. Tres meses después de su detención fue condenado a 24 años de cárcel por una Corte Federal del sur de la Florida por los delitos de lavado de activos y tráfico de drogas.
Dagoberto finalmente fue extraditado a una prisión en Filadelfia, pero antes de ir preso se encargó de convertir a su hijo en toda una estrella de la música popular.
Muchos dicen que su padre invirtió alrededor de 300 millones (dinero proveniente del narcotráfico), para impulsar la carrera de su hijo y lograr el lanzamiento de su primer disco; aunque esta versión fue desmentida por el joven, quien atribuyó su despegue musical al productor Iván Calderón.
En 2008 Pipe ya era un cantante famoso que cobraba por cada presentación hasta 30 millones de pesos.
Cuando su padre fue arrestado, ambos llevaban varios meses sin verse y la comunicación quedó fuertemente limitada por las medidas de seguridad que tenía su padre en la prisión estadounidense.
Sin embargo, en el año 2015, luego de cumplir seis años de su condena, Dagoberto recobró su libertad y regresó a Colombia donde comenzó a disfrutar de los frutos del trabajo de su hijo.
Ahora ambos disfrutan de su pasión por los caballos al igual que de la música y del éxito que esta ha traído a la vida de Pipe.