Algunos expertos la llaman el capital natural, otros la consideran el pulmón del mundo, los ancestrales la madre naturaleza, los científicos la fuente y la materia prima de múltiples investigaciones, la institucionalidad parte de su territorio y riqueza, los conservacionistas el hogar ideal de las especies; ésa biodiversidad exuberante y atrapadora es el origen de la vida; hasta aquí es un idílico amor declarado y confesado.
Pero, siempre aparece un pero, pareciera que estamos sometidos a la maldición de sus designios, que todo lo condiciona y lo advierte; es la eterna fricción entre el mundo onírico y la realidad absorbente de los días que sin fin del comienzo todo lo carcome.
En el oasis también hay demonios, uno está representado por la cultura de la masculinidad agresiva, el uso desnaturalizado de la fuerza física, el machismo dominante que identifica a miles de voceros de un género en profunda decadencia, pero que se resiste a ser desplazado de sus privilegios y menos a ser extinguido. En esa machura dominante, tiene su refugio parte de la cultura de la violencia, de los conflictos del pasado y de su sueños destruidos. Un entorno maldito de violencias e irracionales es la herencia de los sobrevivientes.
En el territorio rural, ése espacio casi siempre olvidado por la centralidad asfixiante de los poderes políticos, la élite dominante sólo saca, exprime rentas, ya sea presuntiva, o de las mini bonanzas del saqueo de los recursos naturales, llámense petróleo, carbón, níquel, gas, cobre, oro, maderas, fauna, sal, o agua. el reino omnipresente “Díos del Dinero”; el dinero se convierte en amo y señor de todo y de todos.
La extensión de las nuevas libertades a una clase más amplia de personas sugiere que todo es posible, pero solo si uno tiene los medios. “Pero, sin embargo, lo evitable se hace ineludible: el dinero crea la ilusión de más libertad, y así, cada vez más, ha llegado a definir el mundo moderno. Pues bueno, aquí a 5.775 metros más cerca del montón de estrella, de las que hablaba Polo Montañés, se creó un emporio de opulencia resultante de la combinación de los negocios legales tradicionales con las múltiples criminalidades surgidas al amparo de la indolencia oficial .
La cultura de la ilegalidad, tiene diferentes gérmenes y principios; desde, la ausencia de una institucionalidad plena, un déficit visionario del establecimiento sobre el territorio, la carencia de una tradición de emprendimiento en las comunidades, hasta el surgimiento de unos modelos de negocios ilegales que hacen uso de la legalidad frágil junto con alianzas de los capos con sectores de las élites que siempre cohabitan con el delito, han producido un cóctel tóxico el cual desean perpetuar los post-extraditados.
Pero el territorio tiene su encanto, es merecido, lo demuestra la presencia de una legión de extranjeros, que vienen, que les atrae, les fascinan los ecosistemas, marino, el de playa, el de la biodiversidad, la cultura de los pueblos ancestrales, la gastronomía tradicional y la generosidad que le queda a mucha gente buena pero ingenua. Todos estos atributos se pueden potenciar, se deben convertir en una ventaja bien administrada y gestionada, para que se cree un entorno seguro, sostenible e incluyente y logremos ser el destino turístico de la felicidad.
Todos los actores públicos, los diversos agentes privados y las comunidades ancestrales, los nuevos buenos vecinos y los sectores sociales serranos tenemos que formular un destino común para el territorio rural; es fundamental y urgente que busquemos un marco de entendimiento dentro de la legalidad, que cada quien asuma su cuota de responsabilidad y se proponga crear un ambiente de tranquilidad, de paz y de prosperidad compartida.
Volver al pasado inmediato, es lo más fácil, es la costumbre, es la demostración, que no hemos hecho la disrupcion pertinente, que nos atrae la fuerza de la maldición del virus contaminante de la codicia y la depredación que puede destruirnos a todos.
Estoy firmemente convencido, que el doloroso e inolvidable homicidio de Maritza servirá para demostrar que la violencia es un agente profundamente regresivo y que puede oscurecer el sendero de la libertad, la participación y la búsqueda de un mundo mejor.
El creativo de los sueños, deseaba un mundo mejor para todos. Lo logreremos.
Aabula