La familia Morales cargó con la cruz de las miradas, la estigmatización y el rechazo por ser los primeros portadores del coronavirus en la ciudad.
La vida es una carrera de obstáculos que nos enseña a qué siempre hay que llegar primero, incluso, nos premian por ocupar los primeros puestos u obtener un logro antes que los demás.
Sin embargo, hay muchas circunstancias en las que no deseamos ser los primeros, por ejemplo: ser la primera persona contagiada por Covid-19 en Santa Marta.
Esa desdicha la tuvo un samario de pura cepa, hincha ferviente del Unión Magdalena y un orgulloso de crecer y formar una familia en esta bella ciudad.
Se trata del señor José Morales Torres, la primera persona diagnosticado con covid-19 en la capital del Magdalena. Una noticia que sin duda impactó su vida y la de sus seres queridos.
De acuerdo con el relato de José Luis Morales Reyes (hijo), nunca se imaginó que su querido padre terminaría muriendo por un virus extraño e implacable como el coronavirus.
Como todo adulto mayor tenía enfermedades relacionadas con la edad, nada grave, “Mi padre era un roble, una persona que a pesar de su edad no se quejaba de nada, él era muy activo”, describe José.
El no entender cómo se contagió es un capítulo de su vida que no ha cerrado todavía, luego de un año sigue indagando cómo pudo tener contacto con el virus, si para esa época su progenitor no tuvo ningún viaje nacional e internacional.
No obstante, existe una hipótesis, que es la llegada de unos familiares a celebrar el Carnaval de Barranquilla para esa época, pero es muy incierto ese argumento, puesto que nadie salió contagiado en su momento.
Crónica del contagio
Lo que sí es cierto es que en una tarde común y corriente en la ciudad de Santa Marta, Morales Reyes invita a su querido padre a comerse un helado y charla un rato como habitualmente lo hacían.
Cabe indicar, que en Santa Marta no existía ninguna medida para ese entonces y las personas circulaban sin ningún problema por todas las plazas, centros comerciales y calles de la ciudad.
“Luego de que salimos, mi papá me llama diciéndome que está mal del estómago, al parecer el helado le cayó mal, pensamos los dos. De inmediato lo trasladamos a la clínica, para descartar cualquier cosa, pero nunca se nos pasó por la cabeza que iba a ser Covid-19, ya que no hacia parte de nuestra realidad”, indicó José Luis.
Una realidad que poco a poco fue siendo más fuerte y a medida que le practicaban más exámenes se iban alejando más de su padre, de tal manera que en los últimos días solo lo vieron de lejos. “Eso fue duro porque no pudimos estar con nuestro padre, siempre lo veíamos ahí postrado en la cama, pero nunca pudimos despedirnos de él”.
Durante ese viacrucis, en el país se daban varias noticias sobre el nuevo virus, y el 16 de marzo se confirmó por medio del gobierno nacional la primera muerte por covid-19, se trataba de un taxista de 58 años en la ciudad de Cartagena. De inmediato las alarmas se encendieron.
Luego de transcurridos 7 días, es decir, en la madrugada del 23 de marzo, las autoridades sanitarias del país anunciaron la muerte de un adulto mayor por covid-19 en la clínica Avidanti de esta ciudad. Se trataba del señor José, quien había ingresado al centro asistencial con síntomas gastrointestinales, creyendo que era un helado que le había caído mal.
De acuerdo con lo relatado por José Luis Morales en su libro ‘Remembranza de una pandemia’, indica que su papá fue el tercer muerto por coronavirus en el país y el primero en la capital de Magdalena.
No contento con esto, la vida le suma el dolor de ser portador del virus junto a su esposa, madrastra y una hermana, los cuales tuvieron contacto con su querido padre.
“Esto fue un drama para mi vida, dada la estigmatización social a la que fuimos sometidos durante el tiempo de aislamiento y recuperación”, dijo José Luis.
Viviendo apartados de la sociedad
Siempre nos enseñan que el ser humano es un ser social por naturaleza y el cambiar ese chip fue difícil para la familia Morales, debido a que eran personas muy activas socialmente.
Durante su aislamiento sufrieron la estigmatización de sus vecinos, debido a que viven en un edificio y al enterarse que eran positivos para coronavirus, muchos residentes los evitaban.
“En una ocasión me tocó salir a botar la basura porque no había nadie que lo hiciera, y la mirada fija de mis vecinos era muy incómoda, muchos no decían nada, pero se sentía el rechazo y el miedo que generaba solo por ser positivo”, describe Morales hijo.
Cabe mencionar, que José Luis entendía la situación, debido a que no se sabía mucho del virus en ese entonces y era entendible que las personas evitaran contagiarse, y más cuando tenían a una persona con coronavirus en su edificio.
Superada la tragedia
Luego de muchos sucesos que le sucedieron a este hombre y su familia, solo quedan enseñanzas y cosas por rescatar. Él no le guarda rencor a nadie ni hay odio en sus palabras, es un convencido que fueron circunstancias difíciles que poco a poco la humanidad va superando.
Actualmente José Luis, sigue trabajando desde su casa, sigue cuidándose y compartiendo esta experiencia con todas las personas que lo rodean, inclusive escribió un libro para reseñar estos difíciles momentos y apoyar a las personas que estén pasando por lo mismo.
“Luego de un año, ya tenemos vacuna, ya sabemos más del virus y la ciencia sigue avanzando. Solo espero que este capítulo que está viviendo la humanidad lo podamos superar y que el Covid-19 quede en el pasado.”, puntualizó.