El estadio El Campín, con sus tribunas encendidas de rojo, fue testigo de otra caída dolorosa para el Unión Magdalena. En condición de visitante, el “Ciclón Bananero” perdió 2-0 frente a Independiente Santa Fe y dio un nuevo paso hacia el abismo del descenso.
En la capital, la ilusión samaria se fue apagando con el correr de los minutos. El equipo mostró lucha, pero Santa Fe impuso jerarquía. Dos goles sentenciaron un marcador que refleja la diferencia entre un equipo que pelea arriba y otro que agoniza en la parte baja.
Para el Unión, la derrota no es solo un resultado más: es un capítulo más en la crónica de un descenso que se siente inevitable. Cada punto perdido lo condena, y en la tabla del promedio ya no hay espacio para equivocarse.
Lea aquí: Vecinos denuncian: campo deportivo convertido en parqueadero ilegal en la Ciudadela 29 de Julio
Aunque lejos de Santa Marta, en El Campín también se escucharon los gritos de los samarios residentes en Bogotá. “Nos toca sufrir hasta el final, pero no los vamos a dejar solos”, dijo un hincha entre la frustración y la esperanza. En Santa Marta, las pantallas de televisión fueron testigos de la misma angustia: ver al equipo del alma sin reacción.
La caída ante Santa Fe expone nuevamente las falencias estructurales del club: un plantel corto, sin variantes, un proyecto deportivo cuestionado y una dirigencia que no ofrece salidas claras. No es solo perder en Bogotá, es perder el rumbo.
El futuro inmediato
Al “Ciclón” le quedan finales en el calendario, partidos donde debe sumar sí o sí. Si no lo hace, el retorno a la B se sellará de manera anticipada. Y con él, se apagaría una parte de la identidad futbolera del Magdalena.
El frío del Campín acompañó el pitazo final. Santa Fe celebró, Unión bajó la cabeza. El viento del Ciclón, que alguna vez sopló fuerte en primera, hoy parece apagarse en cada derrota. La pregunta es si le alcanzará la fuerza para resistir o si el destino ya está escrito.
