La edición 107 del Tour de Francia, que arranca este sábado con una etapa de 154 kilómetros con salida y llegada en Niza, en medio de la alerta roja por los brotes del nuevo coronavirus en la zona pinta ser una de las más atractivas, emocionantes e impredecible de los últimos años. Egan Bernal sale a defender el título.
Sin duda que el tema del nuevo coronavirus es uno de los invitados principales a esta versión de la competencia, que esta vez contará con un trazado de 3.484 kilómetros, distribuidos en 21 etapas, una contrarreloj individual, dos días de descanso, seis llegadas en alto y jornadas con vientos de costado.
Tan impredecible es conocer el nombre del campeón como si la carrera se podrá cumplir, pues en los últimos días los casos positivos a la covid-19 en Francia han aumentado. Por eso es mejor vivir el día a día en una carrera que a pesar cuenta con todas las medidas de bioseguridad, no puede cantar victoria.
Sin olvidar al virus, pues hay que meterse en una prueba que debido a la suspensión de la temporada en marzo, del confinamiento de la mayoría de los ciclistas que tomarán parte en el Tour, la falta de ritmo en algunos y el no saber a ciencia a cierta en qué momento deportivo se está, pues deja muchas dudas de cara a las tres semanas de competencia.
Esta vez el Tour presenta un recorrido complicado, como siempre, en el que la montaña será la que ponga las condiciones. Las seis llegadas en alto (Orcières-Merlette, Puy Mary, Grand Colombier, Villard-de-Lans, col de la Loze y La Planche des Belles Filles) parecen ser cruciales a la hora de conocer el podio.
De esas metas, la primera será el próximo martes primero de septiembre, de primera categoría, luego el viernes 11 de septiembre, también de primera. El 13 será arribo en fuera llegada de fuera de categoría (Colombier), al día siguiente en Villard de Lans, de tercera, el miércoles 16 se llegará otra vez en una subida de fuera de categoría y el sábado 19 será la meta en primera categoría.
La contrarreloj será el 19 de septiembre, un día antes del final, sobre 36 kilómetros, los últimos seis en ascenso de primera categoría, algo que beneficia a los escaladores, pero en la que los especialistas al reloj podrán sacar provecho en el primero tramo de 30 km. Sin duda, los que suben bien deben llegar por encima del minuto o minuto 30 segundos sobre los expertos en estos tramos si aspiran a ganar el Tour.
Las bonificaciones serán clave. Cada etapa entregará 10 segundos al primero, seis al segundo y cuatro al tercero, pero la organización del Tour ha dispuesto bonos de ocho, cinco y dos segundos en los siguientes premios de montaña: Col des Quatre Chemins etapa 2), Col de la Lusette (6), Col de Peyresourde (8), Col de Marie Blanque (9), Suc au May (12), Col de Neronne (13), Subida de Saint-Nizier-du-Moucherotte (16) y Subida de la meseta de Glières (18).
Si se mira el mapa, pues desde la jornada de mañana la montaña se asoma y el martes ya se encontrará un final en alto, que no será definitivo de cara al título, pero que dejará ver quién no está para pelear la carrera.
El ciclista que no esté en buena forma, pues muy seguramente dará al traste con sus aspiraciones, en dos jornadas en las que los equipos Jumbo Visma e Ineos, los llamados a poner condiciones desde el comienzo, serán los encargados de seleccionar el grupo.
Estas dos escuadras son las más fuertes, lo han demostrado en las carreras previas, aunque han servido de laboratorio y dejaron ver algo, pues no fueron tan definitivas para conocer las condiciones de los favoritos, porque una cosa es competir durante tres o cinco días y otra durante tres semanas, más en las condiciones que dejó el nuevo coronavirus.
Pero además de la montaña y de la crono hay jornadas que tendrán mucho que decir. Los vientos aparecerán y allí es donde los equipos deben resguardar a sus líderes. Serán etapas con tensión, de fuerte paso en la que las fuertes escuadras tendrán que sacar provecho de los débiles.
El tema de los favoritos es importante y el lote está lleno de ellos, aunque por escalones. En el primero están el colombiano Egan Bernal, actual campeón, que aunque siente aún los dolores de espalda que lo retiraron del Dauphiné, dará la pelea.
Y a su lado el máximo rival será el esloveno Primoz Roglic, el que se ha mostrado más fuerte, tras ganar el Tour de L’Ain y al irse en la última etapa del Dauphiné como líder, luego de la caída en la penúltima fracción.
Luego, hay que ver a Tadej Pogacar (UAE Emirates), un ciclista que ya fue tercero de la Vuelta a España del 2019 y que por su juventud y capacidades está llamado a pelear el Tour. Más abajo encontramos a Nairo Quintana, tres veces podio, que viene por el amarillo, aunque no cuenta con un equipo Arkea-Samsic tan sólido.
A su lado, Miguel Ángel López (Astana), que se estrena en el Tour, Rigoberto Urán y Daniel Martínez (Education First), este último ganador de acciones, tras su triunfo en el Dauphiné, sin descontar a Sergio Higuita, de gran año.
El francés Thiabut Pinot querrá romper la racha de 35 años sin ganarlo, luego de la victoria de Bernard Hinault. Romain Bardet (Ag2r) será otro ciclista local que pugne por eso.
Roglic tendrá en su equipo a Tom Dumoulin como segunda carta. Terminó de séptimo en el Dauphiné y se muestra en condiciones: sube bien y al reloj es un especialista.
Y su el Jumbo Visma tiene plan B, Ineos no se queda atrás. No contaron esta vez con Chris Froome, cuatro veces campeón del Tour, y Geraint Thomas, campeón en el 2018, y llevaron al ecuatoriano Ríchard Carapaz, quien sacrificará la defensa del título del Giro de Italia por darle una mano a Bernal, pero si falla estará dispuesto a dar la cara.
Todo por verse en un Tour indescifrable, que será por eliminación, en el que si bien todo es una incógnita y muchos esperan sorpresas, al final el gran campeón no saldrá de los ciclistas señalados, bueno, si es que el invitado de honor, el nuevo coronavirus, deja que el 20 de septiembre se conozca el nuevo podio.
Tomado de El Tiempo