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Colombia

Dos departamentos de Colombia se querían unir a Venezuela

Los departamentos de Arauca y Casanare estuvieron a una firma de unirse a Venezuela y convertirse en parte del territorio del vecino país. El abandono del gobierno central y la pobreza de la región fueron los detonantes que llevaron a elevar esta singular propuesta.

La petición, según cuentan los historiadores, se produjo en 1830, cuando la Gran Colombia (que comprendía los actuales Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela) se encontraba en medio de la disolución. De no haber sido por las agudas diferencias políticas que existían en la época la propuesta hubiese sido aceptada.

La provincia de Casanare (compuesta en ese momento por Arauca, y Casanare) jugó un papel clave en la gesta libertadora. En este territorio no sólo se organizó el ejército que permitió repeler la reconquista española, entre 1815 y 1819, sino que allí se consiguieron buena parte de los recursos para financiar la campaña. Muchos de los caballos que llevaron las tropas de Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander fueron entregados por hacendados casanareños.

Desde allí las tropas patriotas, en junio de 1819, partieron por el camino real de Tocaría, Nunchía, Morcote, Paya, Pisba hasta llegar al lugar de las batallas estratégicas del Pantano de Vargas y Puente de Boyacá.

Pero en los años siguientes el sacrificio ofrendado por la provincia de Casanare en aras de la victoria patriota se puso dolorosamente de manifiesto. La prolongada guerra diezmó los recursos de la población y acabó con la ganadería. El poco ganado que había era confiscado por orden del gobierno central.

En 1830, el entonces gobernador de Casanare Juan Nepomuceno Moreno, quien había ejercido como comandante de la caballería del ejército libertador, solicitó que se impulsaran programas de ayuda a la provincia para recuperarla de los estragos causados por el conflicto y pidió acabar con las políticas confiscatorias.

“Moreno estaba desilusionado por el excesivo centralismo del gobierno- que estaba al mando de Simón Bolívar- y por lo empobrecida que se encontraba la provincia, ese descontento se dio en medio del coletazo de la separación de Venezuela de la Gran Colombia, que ocurrió en 1830”, recordó el historiador Pedro Nel Pinzon.

REBELDÍA

El gobernador Moreno se convenció de que Casanare podría esperar un mejor trato de Venezuela, donde el general José Antonio Páez, gestor de la independencia de ese país, abiertamente desafiaba las órdenes de Bolívar y empezaba a aplicar medidas más favorables a los hacendados de los llanos, en medio de su proceso de separación del gobierno de Bogotá.

Las intenciones de Moreno tomaron fuerza el 14 de abril de 1830, cuando las autoridades de Pore (capital de la provincia de Casanare) manifestaron su apoyo a la anexión a Venezuela, al expresar su confianza en que, “al compartir con ese país un mismo clima, una topografía común, y un sentir popular análogo, Casanare se convertiría en parte de la fórmula de gobierno popular y representativa que Venezuela pondría en marcha”, relató la investigadora Juana Rausch, en su libro La doma de un caudillo colombiano.

Cinco días después los distritos de Arauca y Nunchía (hoy Casanare) expresaron su respaldo al manifiesto.

La petición para que estos territorios fueran admitidos “como un estado más de Venezuela” se presentó oficialmente, según el historiador llanero Jairo Ruiz, en junio de 1830, durante el Congreso de Valencia, realizado en ese país.

Se puede inferir que esa decisión obedeció a las rivalidades que existían entre la entonces capitanía de Venezuela y el gobierno de Bogotá

El general Páez, quien estaba al frente de Venezuela, seguía con atención el desarrollo de estos acontecimientos y fue él mismo el encargado de presentar ante los delegados del congreso la solicitud de Casanare, pero el acto le costó la acusación de haber sido el instigador de la insurrección de esta provincia, inculpación que rechazó y no apoyó la propuesta de unión.

El 31 de julio, luego de varias jornadas de intensos debates, los delegados del Congreso de Valencia votaron en contra de la solicitud en consideración a que, desde una perspectiva histórica, la provincia nunca fue parte de Venezuela y al gobierno de Bogotá le asistiría todo el derecho de considerar su anexión como un acto hostil de parte del gobierno de Venezuela.

“Se puede inferir que esa no aceptación obedeció a las rivalidades que existían entre la entonces capitanía de Venezuela y el gobierno de Bogotá”, expresó Pinzón, quien recordó que desde esa época se remontan las diferencias políticas entre Colombia y Venezuela.

El gesto de rebeldía le costó caro a Casanare, pues solo hasta diciembre de 1831, un año después, se pudo unir nuevamente a las órdenes de la administración de Bogotá.

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