Lissi Judith Camargo Noriega, quien resultó herida de gravedad tras recibir un disparo en la cabeza, falleció en una clínica de Barranquilla. El ataque ocurrió luego de que vigilantes de un conjunto residencial dispararan contra su vehículo por una falsa alerta del excongresista Gerardo Vecino Villarreal. Su familia exige justicia y prepara sus exequias en Santa Marta.
El dolor embarga a Santa Marta tras la trágica muerte de Lissi Judith Camargo Noriega, docente pensionada que fue baleada en la cabeza en medio de un confuso y violento episodio registrado en la madrugada del jueves en el corregimiento de Salgar, jurisdicción de Puerto Colombia.
Según el relato de su hijo, la docente se encontraba compartiendo con familiares y, junto a su yerno, Ángel José Daza Cuello, salió en su camioneta hacia una tienda de conveniencia. Al regresar, fueron sorprendidos por un ataque armado protagonizado por dos vigilantes del conjunto residencial Mara Sofía, quienes abrieron fuego contra el vehículo.
Una alerta injustificada del excongresista Gerardo Vecino
Las investigaciones apuntan a que el excongresista y empresario Gerardo Vecino Villarreal, residente del conjunto, alertó a los vigilantes asegurando que una camioneta negra lo había seguido, lo que habría desatado la respuesta armada sin verificación alguna.
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Los disparos impactaron el vehículo y uno de los proyectiles alcanzó a Lissi Judith en la cabeza, mientras ella se encontraba recostada en el asiento del copiloto. Fue trasladada en estado crítico a la Clínica Portoazul Auna, donde horas más tarde falleció. Su yerno, quien conducía, sufrió una lesión leve.
Investigación en curso y clamor por justicia
La Policía Metropolitana de Barranquilla investiga el caso, en el que se encuentran involucrados los vigilantes William Sanjuan Núñez y Wilmer Enrique Rosado Mendoza, así como el propio Gerardo Vecino Villarreal, cuya denuncia habría originado la tragedia.
La familia de la víctima exige que el caso no quede impune. “Mi madre no merecía morir así. Fue un acto de irresponsabilidad y exceso de fuerza que no puede quedar impune”, expresó su hijo.
