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Santa Marta

Discusiones en semáforos entre vendedores y conductores, son el ‘pan’ de cada día en Santa Marta

El hecho que ocasionó una riña entre un taxista y un ‘limpia vidrios’ en la carrera 4 con calle 24, se ha convertido en un hecho más común de lo normal. Conductores tanto de servicio público como de carros particulares, aseguran que tanto quienes prestan el servicio de lavar los panorámicos de los vehículos como los vendedores de dulce, se portan “groseros” y hasta violentos contra quienes no les compran.

Según algunas de las personas consultadas en los semáforos, es entendible que familias enteras sufran los problemas de la migración, desde el vecino país de Venezuela y busquen una alternativa en los semáforos, pero la situación económica de los samarios no es la mejor y muchas veces no se puede comprar o entregar dinero por la limpieza de los vidrios de los vehículos.

No sólo la carrera 4 con calles 24 es centro de concentración de los vendedores informales o de ‘limpia vidrios’, también sobre la calle 22 con cuarta, la 22 con Quinta, la carrera 19 con Avenida del Río y otros importantes corredores viales, también son epicentro de controversia entre algunos vendedores y conductores.

“Nosotros en muchos casos les colaboramos, pero hay ocasiones en que se molestan, porque no hay plata”, aseguró un conductor de bus sobre la carrera 19.

Por su parte Germán Gamarra, conductor de un vehículo particular, aseguró que “si uno limpia los vidrios, pero en cada esquina debe dar $500 para que algunas personas pasen un trapito, entonces al menos si en el día se pasan 6 semáforos son al menos $6.000 diarios que es un hueco grande”.

De otro lado Manuel Jaramillo, turista de Bogotá asegura que en parte entiende el desespero de varias de estas personas para conseguir el dinero, sin embargo deben medir sus palabras y acciones, porque altercados así se presentan a diario y en toda Santa Marta.

Los migrantes venezolanos que ejercen la informalidad en Santa Marta,  aseguran que en muchos casos los que generan problemas no son ni siquiera del vecino país y algunos permanecen drogados a la hora de limpiar vidrios.

“Entendemos que la situación está dura para todos, pero no deben señalar solo a los venezolanos, así como está dura para nosotros, para algunos colombianos que están en semáforos también”, manifestó Laurimar Sofía Montilla.

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