Intolerantes han dañado la iluminación y bancas de estos lugares, adaptados para los usuarios del servicio público en la ciudad.
Santa Marta se ha convertido en una ciudad donde la falta de cultura y delincuencia ya se evidencia hasta en los paraderos de buses, ya que cada vez están siendo más vandalizados.
Los ciudadanos se encuentran preocupados ante tal situación, teniendo en cuenta que algunos carecen de iluminación e incluso de asientos, porque antisociales los han dañado.
Lo que vuelve vulnerable estos espacios, que por la oscuridad en las noches son aprovechados por delincuentes para robar a los ciudadanos.
Por lo anterior, la comunidad hace un llamado a las autoridades para que afronte este problema, estableciendo planes de vigilancia que garanticen el bien público y la seguridad de los habitantes.