Policías y manifestantes se enfrentaron el domingo en la noche en la capital de Bielorrusia y en la ciudad de Brest después de unas elecciones presidenciales en las que el presidente Alexander Lukashenko aspira a un sexto mandato a pesar del creciente descontento con su gobierno autoritario y su desdén por la pandemia del coronavirus.
La campaña de Lukashenko ha desatado las mayores protestas en el país en años. Los simpatizantes de la oposición dicen sospechar que los funcionarios electorales manipularán los resultados del domingo a fin de otorgarle al mandatario de 65 años un sexto periodo al frente de esta nación que formó parte de la desaparecida Unión Soviética.
Las autoridades ya habían rechazado la presencia en las boletas de dos renombrados opositores, encarcelando a uno de ellos por cargos que él describió como políticos, y obligando al otro a escapar a Rusia con sus hijos.
La principal candidata opositora, Sviatlana Tsikhanouskaya, fue duramente presionada el fin de semana luego de que ocho miembros de su equipo fueran arrestados y uno de sus principales asesores huyera del país el domingo.
Los bielorrusos, hartos de la economía en deterioro y de la represión de Lukashenko, se han unido en torno a Tsikhanouskaya, una exmaestra y esposa de un bloguero de oposición que actualmente se encuentra encarcelado, dándole grandes muestras de apoyo, algo inusual en un país donde la mano dura contra los disidentes es algo rutinario.
La jefa de la Comisión Central Electoral, Lidia Yermoshina, dijo en las primeras horas del lunes que los resultados parciales de algunas regiones mostraban que Lukashenko llevaba una ventaja abrumadora, con más del 90% de los sufragios en algunos distritos.
Hubo una fuerte presencia policial en la capital Minsk durante toda la jornada, y por la tarde se instalaron retenes en los perímetros de la ciudad para revisar permisos de residencia, ante la aparente preocupación de que llegaran manifestantes desde otros puntos del país. Lukashenko ha prometido aplastar cualquier protesta.
Unos 1.000 manifestantes se reunieron en torno al obelisco que honra a Minsk como una “ciudad heroica” durante la Segunda Guerra Mundial, registrándose fuertes enfrentamientos con la policía, que utilizó toletes y granadas aturdidoras para intentar dispersar a los inconformes. Los reportes noticiosos indican que las autoridades utilizaron gases lacrimógenos para reprimir las protestas en Brest. Posteriormente los manifestantes intentaron erigir barricadas con botes de basura, pero aparentemente la policía los dispersó aproximadamente a la 1 a.m. del lunes.
Lukashenko se ha referido al virus como una “psicosis” y declinó ordenar restricciones para impedir su propagación. El mes pasado anunció que se había infectado sin presentar síntomas y que se recuperó rápidamente, presuntamente gracias a que hace ejercicio.