La inseguridad se ha convertido en el peor enemigo de los samarios y visitantes que hacen deporte en el escenario.
El sendero peatonal del Ziruma fue una obra inaugurada en el 2017 que se convirtió para la época en uno de los proyectos más significativos, ya que los samarios aclamaban un espacio seguro para hacer ejercicio al aire libre.
Sin embargo, la inseguridad que golpea a Santa Marta ha convertido a este escenario en el peor enemigo de la ciudadanía para ejercitarse.
A pesar de que el sendero que fue contraído con el fin de brindar un espacio biosaludable a los habitantes, este se ha transformado en uno de los principales epicentros para la delincuencia.
De acuerdo con la ciudadanía, en la zona constantemente se presentan hurtos por personas inescrupulosas que aprovechan la poca presencia policial en las madrugadas y en horas no picos para cometer delitos.
“No hay seguridad, garantías, ni confianza, roban y amenazan a la gente y luego se esconden en el matorral que rodea al sendero, ya ni deporte se puede hacer seguro en Santa Marta porque da miedo”, dijo denunciante.
Asimismo, sostienen que, aunque hay presencial de la policía en ciertas horas del día, esta no es suficiente porque hay muchas personas que madrugan hacer deportes para disfrutar de la naturaleza y la panorámica de la ciudad, así como en las noches.
Ante estos hechos, la comunidad hace un llamado contundente a la alcaldesa Virna Jhonson para que garantice mayor control policivo en el sector, así como la implementación de cámaras de seguridad que permitan determinar quiénes son las personas que viene acabando con la tranquilidad de las familias que hacen deporte.
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