Emma Miles, de 55 años, quien ya tiene dos hijos propios, se ofreció como madre de alquiler o sustituta, para que su hija Tracey Smith, de 31 años, pudiera tener un bebé.
La madre y abuela, dio a luz a su propio nieto, porque su hija nació sin un útero. La mujer tuvo que perder mucho peso para poder ser madre de alquiler para su hija
Tracey temía que nunca tendría un hijo después de que le diagnosticaran el Síndrome de Mayer–Rokitansky–Küster–Hauser, una malformación congénita que tiene como consecuencia la inexistencia de un útero.
Sin embargo, los ovarios de la afectada funcionaban normalmente, así que gracias a la inseminación artificial y utilizando el semen del esposo, Adam, de 40 años, se creó un embrión que luego se implantó en su madre, la señora Miles.
Emma Miles, por su parte, tuvo que hacer sacrificios aparte para que la fertilización se produjera correctamente. Bajó de peso, hasta 38 kilos, un peso saludable para el proceso y tomó medicamentos hormonales para ayudar a que la inseminación funcionase
Las madres mayores de 35 años corren un mayor riesgo de aborto espontáneo y preeclampsia, una complicación que puede resultar mortal, tanto para la mujer como para el bebé.
Miles, dio a luz a Evie Siâ Emma Smith. Nació sana y pesó 7 libras 7 onzas, aunque nació por cesárea porque el parto natural de Miles se demoraba demasiado.
Sus padres deben adoptarla formalmente porque los derechos van automáticamente a la madre sustituta y a su pareja: los abuelos de Evie.
La señora Miles, que también es madre de Nicola, de 24 años, dijo: “Tracey es mi hija y lo hice todo para que ella fuera madre. Ahora estoy contenta de volver al trabajo y volver a la normalidad. Pero me he ofrecido a hacerlo todo de nuevo si alguna vez quieren un hermanito o hermanita para Evie.”