Todas las miradas están ahora fijas en la chimenea instalada en el emblemático techo de la Capilla Sixtina para esperar el famoso humo blanco.
Doce años después de la histórica elección de Francisco, el Vaticano vuelve a ser el centro de la atención mundial con el inicio del Cónclave para elegir a su sucesor.
Desde las 10 a. m. en Roma (3 a. m. en Colombia), los cardenales electores se han encerrado en la Capilla Sixtina, dando paso a un ritual ancestral cargado de simbolismo y trascendencia para más de mil millones de católicos en todo el planeta.
El “extra omnes” pronunciado por el maestro de ceremonias, monseñor Diego Ravelli, selló el inicio de este trascendental proceso, cuya puerta solo se abrirá para anunciar al sucesor de Francisco.

Todas las miradas están ahora fijas en la chimenea instalada en el emblemático techo de la capilla. El color del humo que emane de ella se convertirá en el lenguaje universal que anunciará si la Iglesia Católica tiene un nuevo líder espiritual. Negro significará que las votaciones aún no han dado fruto; blanco desatará la alegría y la expectación por conocer al 267º Papa de la historia.
Aislados del mundo exterior hasta alcanzar un consenso, los 133 cardenales depositarán sus votos en un cáliz, buscando alcanzar la mayoría de dos tercios (al menos 89 sufragios) necesaria para ungir al nuevo Sumo Pontífice. El hermetismo que rodea al Cónclave solo se romperá con la fumata blanca y la posterior aparición del nuevo Papa en el balcón de San Pedro.
Podría haber nuevo papa en cuestión de horas
La elección podría darse en cuestión de horas o extenderse por varios días, siguiendo un ritmo de cuatro votaciones diarias, marcadas por las esperadas fumatas a las 5:00 a. m. y 12:00 m (hora colombiana) para las sesiones matutinas, y a las 12:00 m y 7:00 p. m. (hora colombiana) para las vespertinas.
