Un fallo del alto tribunal reveló que la capital del Magdalena carece de supervisión técnica sobre el sistema que libera desechos al mar Caribe, generando serios riesgos ambientales.
Santa Marta enfrenta una nueva alerta ambiental tras conocerse un fallo del Consejo de Estado que evidenció la falta de control sobre el vertimiento de aguas residuales al mar Caribe. El sistema utilizado desde hace más de dos décadas para evacuar estos residuos no cuenta con un monitoreo riguroso ni con herramientas tecnológicas que permitan evaluar su impacto.
El emisario submarino, una tubería que transporta aguas residuales tratadas a mar abierto, opera con licencia ambiental, pero según el fallo, la vigilancia es deficiente, el tribunal señaló que no se aplican parámetros técnicos ni se realizan inspecciones periódicas que garanticen el buen funcionamiento del sistema.
Puntos de alarma
Uno de los puntos críticos es la ausencia de sensores y tecnologías de telemetría, así como la falta de estudios de modelación que permitan prever posibles afectaciones. En 2019, por ejemplo, se detectó una fisura en la tubería sin que se hiciera una evaluación del daño ambiental ocasionado.
Consecuencias ambientales
Esta situación ha comenzado a mostrar consecuencias visibles en el ecosistema marino. Investigaciones realizadas por buzos en zonas cercanas a Taganga han evidenciado que parte de los residuos están emergiendo a la superficie, afectando la biodiversidad y generando preocupaciones en comunidades locales y organizaciones ambientales que llevan años advirtiendo sobre fallos en el sistema.
El debate cobró fuerza en días recientes, luego de que se hiciera viral el testimonio de una ciudadana que denunció haber sufrido graves afectaciones de salud tras bañarse en la bahía. Aunque el caso no cuenta con respaldo clínico, volvió a poner sobre la mesa el deterioro de la calidad del agua en las playas de la ciudad.
