De acuerdo con cifras de Porkcolombia, en 2021 los porcicultores colombianos produjeron 491,244 toneladas de carne de cerdo. El consumo per cápita cerró en 12,2 kilos.
La carne de cerdo ha tenido un auge muy importante en los últimos años en Colombia pues, de acuerdo con cifras de Porkcolombia, en 2021 los porcicultores colombianos lanzaron al mercado 491,244 toneladas de carne y el consumo per cápita cerró en 12,2 kilos, siendo la proteína que en proporción ha crecido más en el país. A lo largo de 2022 (al mes de septiembre), Colombia ha producido 383,535 toneladas de carne de cerdo.
Así pues, dado que la Porcicultura es una actividad que genera, en promedio, cerca de 150.000 empleos en el año y que la carne de cerdo es una de las más consumidas en el mundo, es importante resaltar las buenas prácticas de producción por parte de quienes forman parte de este mercado, a través de una bioseguridad efectiva para mejorar la salud y bienestar de los animales que garantice la sostenibilidad de la producción porcina.
“Los productores de carne de cerdo deben priorizar en el desarrollo de un proyecto porcícola que permita maximizar el bienestar de los animales. Son muchos los factores que intervienen, desde la higiene hasta el manejo del ambiente y la sanidad, que son fundamentales para garantizar la producción y calidad del producto”, afirma Álvaro Cobo, Director de la Unidad de Porcicultura de MSD Salud Animal en Colombia
En una industria dinámica y globalizada como la porcicultura, la estrategia preventiva utiliza diferentes estrategias para procurar reducir el ingreso de agentes infecciosos que provocan enfermedades a todos los actores involucrados en el proceso productivo. Estos causan afecciones que, si no se controlan a tiempo, pueden propagarse rápidamente, llegando a causar importantes pérdidas económicas a los porcicultores e influir negativamente en la calidad del producto que recibe el consumidor final.
Medidas para una buena higiene en las granjas
En ese sentido, MSD Salud Animal en Colombia, empresa dedicada a la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de productos innovadores y de gran calidad para la salud animal, comparte algunos puntos importantes, a tener en cuenta, para la implementación de un apropiado plan de bioseguridad y en consecuencia, animales más sanos, mejor aprovechamiento de los recursos y ahorro en los costos de producción:
Procesos de vacunación y desparasitación adecuados.
Es necesario establecer una pauta de vacunación y desparasitación adaptada a la situación sanitaria de los animales, para evitar la aparición de otras patologías y enfermedades de mayor relevancia. Para ello, se debe contar siempre con la ayuda y guía de Médicos Veterinarios, quienes serán los encargados de guiar a los productores sobre el uso de vacunas y tratamientos innovadores, así como de alta calidad.
Supervisión del ingreso de nuevos animales
No se debe incorporar animales nuevos a la granja sin conocer su estado de salud. Es importante exigir los certificados de sanidad pecuaria respectivos, y realizar los procedimientos de cuarentena necesarios para mantener estos animales nuevos, aislados del resto. Durante este tiempo es conveniente también realizarles evaluación del estatus sanitario para comprobar su estado antes de su ingreso al pie de cría.
Mantener todo limpio y desinfectado
La limpieza y la desinfección periódica de las instalaciones, utensilios y material son puntos claves de este proceso para evitar la propagación de patologías dentro de la granja. De esta manera, se asegura la eliminación de todo tipo de gérmenes y microbios.
Uso de ropa adecuada en la granja
Se debe establecer de manera rigurosa un protocolo de ingreso para los visitantes y personal de la granja. Por ejemplo, que todos los trabajadores y visitantes deben cambiarse completamente de ropa y no introducir ninguna prenda personal. Es importante también la obligatoriedad de emplear sustancias higiénicas y antisépticas para lavarse el cuerpo y las manos, tanto al entrar como al salir de las instalaciones.
Esta serie de medidas, unida a un buen programa sanitario forjará el buen desempeño de las granjas, y, por ende, un mayor desarrollo del sector porcino, apoyado en el establecimiento de normas orientadas a disminuir el riesgo de introducción, desarrollo y propagación de enfermedades en los animales de producción.