Luis Emiro Cuesta Abadía recibió la pena máxima por el asesinato brutal de su pareja y los dos hijos menores de ella. La justicia calificó el hecho como una masacre cometida con extrema sevicia en el corazón de Santa Marta.
Con una condena de 1.050 meses de prisión, equivalentes a 60 años, Luis Emiro Cuesta Abadía, conocido como ‘El Chocoano’, fue sentenciado por un crimen que dejó marcada a toda una ciudad: el asesinato de su compañera sentimental y los dos hijos de ella, en una escena de violencia que la justicia catalogó como una de las más salvajes registradas en Santa Marta en los últimos años.
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La decisión del juez fue clara: la magnitud del crimen, su planificación, y la crueldad con la que se ejecutó, ameritaban una condena sin posibilidad de rebaja ni beneficios judiciales. ‘El Chocoano’ pasará el resto de su vida en prisión, sin opción de redención, ni por conducta ni por arrepentimiento.
El fallo se convirtió en un mensaje claro de las autoridades: la sevicia, el ensañamiento y la muerte de menores no tendrán lugar para indulgencias en el sistema penal colombiano.
Un perfil frío y violento
Durante las audiencias, Cuesta Abadía no solo aceptó su responsabilidad, sino que describió los hechos con frialdad, revelando un nivel de deshumanización que estremeció a todos los presentes.

Según su declaración, el ataque inició cuando su pareja decidió dejarlo. Fue entonces cuando tomó un cuchillo y comenzó el acto de violencia.
Primero atacó a Emperatriz, su compañera. Luego, ante la desesperación de los niños que intentaron ayudarla, los forzó a observar la escena, antes de agredirlos también.
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La escena fue descrita como un acto prolongado de tortura emocional y física. No fue un impulso: fue una ejecución secuencial cargada de furia.
