Cientos de personas asistieron al municipio de Fundación, con una sola consigna, despedir a la pequeña Génesis Rúa y rechazar los hechos de violencia, violación y asesinatos a los menores de edad.
Desde el más humilde habitante de Fundación, hasta la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, recorrieron diferentes calles de la llamada ‘esquina del progreso’, para rechazar el hecho que enluta al país, el asesinato de Génesis.
La comunidad en general, los vecinos de otros municipios como Aracataca, El Retén y hasta gente de Santa Marta, se trasladaron a la cálida Fundación, a rechazar el hecho. Todos unidos en un grito “ni una más”, acompañaron a la madre Yeimmi Vizcaíno, quien no paró de llorar a la niña de sus mil ilusiones.
Las calles de Fundación se convirtieron en el recuerdo vivo de una nueva tragedia que nuevamente protagoniza fatalmente un niño, luego de cumplidos cuatro años de la muerte de los 33 niños en un bus; ahora el deceso de Génesis enluta al país.
UN DOLOR ETERNO
“Nadie siente más el dolor que su madre”, eso decían varias personas mientras se acercaban a Yeimmi Vizcaíno, a mostrarle sus condolencias ante la triste pérdida.
La adolorida madre no paraba de decir, envuelta en llanto: “Yo le pido a ella que me dé fuerza para luchar por sus hermanitos; que me dé todas las fuerzas para seguir adelante”.
Perdida en el llanto, la madre caminaba por las calurosas calles que se convirtieron en el recuerdo de los pasos que la menor dio a sus escasos nueve años; pero también es la memoria de la tragedia de su partida.
LA VICEPRESIDENTA EN FUNDACIÓN
Sólo en sueños agradables de un futuro próspero para Génesis, en el que era una doctora importante o una heroína nacional; se imaginó Yeimmi su madre saludar a una figura importante.
En Fundación al lado del párroco Dayro Navarro, la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, acompañó a la madre en la gran marcha en la que rechazaron el fallecimiento de Génesis.
Mientras el sacerdote adelanta la eucaristía, habla del perdón, de los ángeles y los niños. También se refiere al dolor que una madre sintió al perder a su hijo en una cruz.