El proyecto cuenta con una inversión de 6.500 millones de pesos y es implementado en colegios de Guamal, Pivijay y Zona Bananera.
Con la finalidad de continuar fomentando la agricultura sostenible en el Magdalena, inició la ejecución del proyecto “Innovación Agrícola”, que también busca garantizar la seguridad alimentaria, así como facilitar la transferencia de conocimientos y capacidades a estudiantes, profesores y agricultores en ese departamento.
La iniciativa nació como la implementación de una estrategia para la reactivación económica y la consolidación de la seguridad alimentaria en el pos-covid en los municipios de Guamal, Pivijay y Zona Bananera.
Cuenta con una inversión de 6.500 millones de pesos y comenzó a finales de 2021 y se han implementado en un total de tres instituciones educativas departamentales (IED), con énfasis agrícola en los mencionados municipios.
Detalles del Proyecto
El plan del proyecto se ha dividido en varias etapas. En la primera, se capacitó a 15 personas por municipio, incluyendo estudiantes, profesores y agricultores de la región.
Estas personas viajaron al Centro de Bio-Sistemas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ubicado en el municipio de Chía, donde adquirieron conocimientos sobre cultivo en invernaderos, energía solar fotovoltaica y economía.
Ahora, estos aprendizajes se están transfiriendo a sus colegios y comunidades locales.
Luis Alejandro Arias, investigador principal del proyecto, comentó que “este cuenta con un enfoque amplio de capacitación, llevando a 45 personas, 15 por municipio, con todos los gastos cubiertos, incluyendo niños, profesores y agricultores. Estas personas se capacitaron en el Centro de Bio-Sistemas sobre cultivo, energía y economía, para luego convertirse en monitores y apoyos en cada municipio, un modelo de entrenando al entrenador”.
Tres invernaderos
Posteriormente, se inició el diseño, adaptación y desarrollo de tres invernaderos de 2.500 m2 cada uno, uno por cada colegio, y se construyeron dos cuartos fríos con capacidad para cinco toneladas cada uno, destinados al almacenamiento y conservación de los alimentos cultivados.
Arias destacó la innovación del proyecto al adaptar los invernaderos al clima cálido de la región, acelerando así el crecimiento de las plantas y generando las condiciones adecuadas para el cultivo.
Cada uno de estos desarrollos tuvo un costo aproximado de 1.800 millones de pesos, y las semillas de tomate, pimentón, pepino, melón y sandía fueron suministradas desde el Centro de Bio-Sistemas de Chía.
Los alimentos cultivados no solo servirán para el consumo de los estudiantes, sino que también se venderán para generar ingresos adicionales para la institución y la región.
Generación de empleos
Durante la ejecución del proyecto, la universidad ha creado más de 20 empleos directos en la región del Magdalena, fortaleciendo el personal y capacitándose en el manejo de tecnologías avanzadas de sistemas de riego y en el análisis fitosanitario y asuntos económicos y de transferencia de conocimiento.
“Además de la adecuación de estos invernaderos donde estamos cultivando comida de manera sostenible, una de las misiones es la transferencia de conocimientos a estos actores fundamentales para el desarrollo del proyecto, acercándolos a las tecnologías y a las prácticas, pues la tecnología en sí misma no sirve para nada si no se acompaña con capacitación y enseñanza”, mencionó el profesor investigador del proyecto.
Los tres colegios que participan activamente en el proyecto son: Institución Educativa Departamental Rural de Media Luna (Pivijay), Institución Educativa Departamental Nicolás Mejía Méndez (Guamal), Institución Educativa Departamental Humberto Velázquez García (Zona Bananera).
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