Desde hace varios días algunos dueños de restaurantes cercanos a la calle 22 con carrera 20 se vienen quejando por el fuerte olor que emana por una de las rejillas de desagüe para aguas lluvias.
Según lo manifestado por los propietarios de negocios, las ventas han disminuido, debido a que hay personas que no se quieren acercar a consumir las comidas que se les ofrece en la carta por el asco que les produce el constante olor a podrido.
Por otro lado, también los mayores afectados son los meseros, quienes les toca llevar el menú a los pocos clientes que se ubican inocentemente en las mesas de la parte de afuera de los restaurantes.
Este medio de comunicación conoció la opinión que expresaron los trabajadores sobre la construcción del box culvert, ninguno aseguró estar en contra de la obra, si no que al contrario, esta ha permitido la canalización y ha reducido el estancamiento de aguas en temporada de lluvias.
Lo que no se explican los comerciantes de la zona, es porqué la Alcaldía Distrital hasta el momento no ha desarrollado un plan de manejo ambiental y sanitario que ayude a solucionar la problemática en el sector, después de haberse ejecutado un proyecto de tal magnitud, pero que está afectando la economía de las empresas.
“Desde varios días he sentido ese olor a fétido, e incluso a dentro del negocio se siente, sobre todo en las horas del mediodía cuando se van a vender los almuerzos, también cuando llueve. Esto perjudica a la clientela y al transeúnte, queremos que se le dé solución a esto” Dijo Daniel Pérez, uno de los empleados del Restaurante Tranquilandia.