La contaminación en el balneario es preocupante ante el alto grado de basuras que son arrojados a los afluentes que recorren la ciudad y van a dar al mar.
“La gente no entiende de verdad”, así reaccionan samarios y residentes cercanos a la playa de Los Cocos, como Ronson Farías ante la cantidad de basuras que invaden la bahía.
Después de la fuerte lluvia de este jueves en Santa Marta, se generó un contraste ambiental en la playa Los Cocos: por un lado, se ven las aguas cristalinas del mar, que poco a poco se recuperan gracias al aislamiento humano, y por otra parte, se aprecian los residuos que se acumularon en la desembocadura del río Manzanares por la poca cultura ciudadana de quienes arrojan desechos al afluente.
Como el vecino del sector, son varios los que rechazan la actitud de gran parte de la ciudadanía que lanza colchones, sofás y ropa interior.
A pesar de las constantes jornadas adelantadas por las autoridades ambientales en Santa Marta, parece que la conciencia ciudadana continúa dormida y no precisamente en los colchones que son encontrados en Los Cocos.
Las aguas cristalinas de la hermosa bahía se mezclan hoy con la ropa interior arrojada por algunos que parecen haber matado la pasión con las prendas y de paso acaban con el medio ambiente.
“Si eso servía para avivar la pasión de alguno, está matando al río y de paso contaminando nuestro océano. Se viene la reactivación paulatina de las playas y Los Cocos hoy está sucia a causa de samarios que parecen no tener amor por su cuidad”, dijo Luisana García.
La mujer que aprovechó el día para salir en bicicleta pasó por balneario con el objetivo de sacarse unas fotos y “lo que encuentro es hasta pantaletas mata pasión y contaminantes”.
LA AUTORIDAD
Esta semana el Dadsa programó una maratón de jornadas de sensibilizaciones ambientales, podas y retiro de material inservible y reciclable en diferentes barrios ubicados a orillas de los ríos Gaira y Manzanares.
Las más recientes actividades de este tipo se llevaron a cabo en los sectores de El Mayor y San Pedro Alejandrino, donde, junto con la comunidad, el Dadsa retiró más de 3 toneladas de residuos cerca de la ronda hídrica, logrando evitar que las lluvias las vertieran en el río Manzanares y desembocaran en la Bahía de Santa Marta.
Sin embargo, los esfuerzos por mantener vivo y sin contaminación el medioambiente, necesitan urgente que los samarios se apasionen con la conservación de los afluentes.