Indica que afecta directamente al desarrollo comercial de la ciudad.
La Cámara de Comercio de Santa Marta se suma a la las voces de rechazo ante las declaraciones del Ministro de Cultura que desestima la importancia de la celebración de los 500 años de Santa Marta.
A través de un comunicado indicó que, “este hito representa un momento crucial para todos los samarios y colombianos, celebración que no significa el olvido de nuestras raíces o el irrespeto a nuestros ancestros, sino, por el contrario, presenta una oportunidad única para promover la unión y celebrar la multiculturalidad”.
La Cámara de Comercio se refirió a la Ley 2058 del 2020 establece que los actos programados corresponden a la celebración del Quinto Centenario de Santa Marta. La ley es precisa en su objeto: “por medio del cual la Nación se asocia a la celebración del Quinto Centenario de fundación de la ciudad de Santa Marta, departamento del Magdalena y se dictan otras disposiciones”. Esta normativa no deja espacio a la interpretación, reafirmando que este evento debe ser celebrado y no minimizado.
Indica que: “Celebrar los 500 años de Santa Marta es más que un acto simbólico; es una oportunidad invaluable para abordar y resolver los problemas de infraestructura y realizar las obras arquitectónicas que la ciudad ha necesitado a lo largo de su historia. El Plan Maestro del Quinto Centenario es de estricto cumplimiento según la ley, y es a través de su ejecución que podemos rendir verdadero homenaje a nuestra ciudad, preparándose para el futuro y honrando su pasado”.
Finalizó diciendo que, la celebración de este acontecimiento tiene un impacto directo en la economía local. Santa Marta, donde uno de los principales sectores de la economía es el turismo, se vería fortalecida con la promoción de sus 500 años de historia, atrayendo visitantes de todo el mundo que desean conocer su rica herencia cultural y su papel crucial como puerto principal en la exploración y conquista de los territorios internos.
Es importante resaltar que, Don Rodrigo de Bastidas, cuando llegó a Santa Marta, mostró un profundo interés en aprender de los pueblos originarios y convivir en un proceso de mutuo aprendizaje. Su intención fue establecer una relación respetuosa, lo cual quedó reflejado en el legado que dejó, el aprendizaje del idioma español, un puente cultural que hoy Carlos Vives destaca como un símbolo de convivencia. Hoy, los pueblos indígenas siguen presentes y juegan un rol fundamental en la identidad de la ciudad, generando espacios para ser escuchados y recibiendo la importancia que merecen en nuestra sociedad.