La corporación invitó a la ciudadanía a no lastimarlos, dado a que ellos ayudan a medir qué tan sano es un hábitat.
Aves rapaces, como los búhos y las lechuzas sufren de maltrato debido a supersticiones y creencias, siendo catalogadas como aves de mal agüero. Muchas de ellas son golpeadas y apedreadas, llevándolas a la muerte o dañando sus alas.
Por lo anterior, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena -Corpamag, invita a la comunidad a no agredir a estas especies, respetarlas y conocerlas, entendiendo que cumplen un rol muy importante en los ecosistemas, como controladoras de plagas, como ratones, ratas e insectos.
“Cuando se encuentre con un búho o una lechuza cerca de su vivienda, tenga en cuenta que son especies nocturnas, es importante dejarlas tranquilas ya que no representan ningún riesgo para el ser humano. Ellas luego se desplazan a su hábitat natural”, expresó Walberto Naranjo, Coordinador el Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre -CAVFS de Corpamag.
Las lechuzas y los búhos tienden a dormir la mayor parte del día y salen a cazar durante la noche. Por eso sus llamados causan miedo para algunos, sin embargo, estos hábitos las ayudan a conseguir mejores presas y a cazar con mayor efectividad.
El grupo de los estrígidos, al cual pertenecen los búhos y las lechuzas, tienen una alta representación en el departamento del Magdalena con al menos unas 8 0 10 especies, entre ellas: el Autillo de Santa Marta (Megascops gilesi) endémico en la región, el cual vive en altitudes superiores a los 1.800 metros por lo que no es común en las áreas bajas.
También, existen tres (3) ejemplares que son más comunes en las áreas urbanas como la Lechuza de Campanario (Tyto alba); el Currucutú (Megascops choliba); el Búho Pigmeo, entre otros.