La Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) recomendó a todos sus afiliados una serie de acciones técnicas para que sus cultivos de banano se afecten lo menos posible durante el primer trimestre del nuevo año, periodo que se caracterizará por pocas lluvias. Según información oficial de la Agencia Estadounidense de Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa) y el Ideam, el Fenómeno del Niño se desarrollará en plenitud de enero a marzo de 2019, en el norte y oriente de Colombia.
“Estas recomendaciones también se basaron en datos climatológicos recolectados desde 1982 a 2017 por las estaciones climatológicas Tulenapa y Campo Experimental de Augura en Urabá. Los números nos indican que, históricamente, existe una disminución de precipitaciones durante diciembre del 32% y durante enero, febrero y marzo del 35%. Por eso tenemos que tomar todas las medidas agronómicas necesarias para que nuestra producción mantenga los estándares de calidad”, señaló el presidente de Augura, Juan Camilo Restrepo Gómez.
Durante la época de intenso verano la plantación se estresa, por eso el Centro de Investigaciones del Banano (Cenibanano), recomienda realizar inmediatamente aplicaciones foliares o edáficas de nutrientes antiestrés como Potasio, Magnesio, Zinc y Boro para para reducir los impactos negativos de las bajas precipitaciones, como aplicación adicional al plan de fertilización convencional establecido para las fincas.
“El sector bananero no ha sido ajeno al cambio climático, nuestras plantaciones en los últimos años se han visto afectadas por intensos veranos y olas invernales que amenazan la productividad, por eso seguiremos insistiendo ante el Gobierno Nacional en la necesidad de adelantar proyectos que nos blinden ante estos embates de la naturaleza por medio de proyectos como el Distrito de Adecuación de Tierras para Urabá y la construcción de reservorios en el departamento del Magdalena”, concluyó el dirigente gremial.
Otras acciones sugeridas por la agremiación, es aplicar riego lo más frecuentemente posible, pero a descargas moderadas, tratando de suplir la evapotranspiración diaria, además de cubrir el suelo del cultivo con hojas y otros elementos orgánicos para preservar húmedo el terreno.