En medio de espacios donde abunda la indiferencia y escasean los valores más preciados de la vida, personas que se encuentran privadas de la libertad como Jeison Antonio Riascos, sienten de cerca la esperanza de volver a la sociedad, esa que un día los condenó y de la que esperan, tener una segunda oportunidad.
Jeison, es uno de los 1.370 beneficiados con el convenio PRISMA (Programa Integral de Intervención Social en la Prisión de Santa Marta) entre la Universidad del Magdalena y el INPEC, recibiendo todos los días jornadas de salud medica integral, odontológicas, asesorías jurídico – penal y el apoyo para proyectos de emprendimiento, acciones que, a su criterio, lo han convertido en una persona nueva.
“Es un apoyo incondicional, hemos aprendido con los profesionales que vienen, actividades que no se hacían y la colaboración de la universidad ha sido importante, estamos capacitándonos para ser alguien mejor en la vida. Ya no estamos pensando en lo mismo y no todos somos como lo ve la sociedad”, expresó Jeison, quien fue designado como el monitor de salud al interior del patio 2 del centro carcelario.
Igualmente, el caso de Mónica Vergara Vanegas, una de las reclusas del patio de mujeres que en próximos días cumplirá su condena. La joven es una de las 65 féminas que presentaban problemas de diferente índole. “Gracias a la Universidad y a Dios por las brigadas que recibimos, ha puesto su grano de arena porque a veces nos sentimos abandonadas y con la atención psicológica hemos dejado todo atrás para comenzar de nuevo”, manifestó.
En el marco de estos compromisos establecidos en el convenio, participa una brigada de profesionales y estudiantes de la Alma Mater, que tienen la misión de mejorar la calidad de vida de los internos y los funcionarios públicos que allí laboran, actividades que se han visto reflejado en importantes resultados para el Instituto Penitenciario y Carcelario de Santa Marta.
Las Personas Privadas de la Libertad, más allá de recibir una atención médica, son asesorados en aspectos psicológicos para mejorar sus conductas, hacen parte de actividades recreativas a través del programa Profesional en Deporte del IDEA como partidos de fútbol y rutinas de ejercicio. Adicionalmente, en medio de la alegría y jolgorio, celebraron el día de la madre junto a sus familiares, acto que también fue apoyado en su logística por los integrantes del proyecto Prisma.
El teniente coronel Pedro Hugo Ángel Gómez, director general de la cárcel, quien destacó que para el INPEC es de suma importancia la labor de la Alma Mater. “No contamos con ese apoyo de los entes territoriales, entonces es indispensable el trabajo de la universidad desde todas las áreas. Es un ejemplo a nivel regional para las demás instituciones y creemos que, pese a que hay infractores de la ley, son personas y ante todo buscamos cambiar el estilo de vida a esos seres humanos”, aseguró.
Por su parte, la psicóloga de la Oficina Asesora de Planeación, Carolina Rueda, hace parte del comité técnico operativo del convenio, define el proceso como un “trabajo que busca crear valor social, con toda la población privada de la libertad quienes reciben programas que fortalecen su calidad educativa, asesoría jurídica y muchas áreas más para prepararlos hacia la libertad”.
El acuerdo entre la Alma Máter y el INPEC Santa Marta consta de varios componentes aportados por la Institución, entre los que se destacan la línea de asesoría jurídica y legal; el seguimiento y desarrollo a proyectos productivos y de emprendimiento y diferentes servicios en el área de la salud, acciones en las que participan estudiantes, docente y funcionarios de la Facultad de Ciencias de la Salud, Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas, el Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación, Departamento de Estudios Generales e Idiomas, Vicerrectoría de Extensión y Proyección Social, el Instituto de Educación a Distancia y Formación para el Trabajo IDEA y la Oficina Asesora de Planeación.
