El uniformado Juan Pablo Suache recibió su última orden, minutos antes de la explosión, la cual era detener y revisar el carro bomba que se dirigía hacia él.
El capitán que estaba de turno me ordenó detener y revisar la camioneta gris Nissan Patrol que se dirigía a la garita que yo custodiaba, la número 5, en la Escuela de cadetes General Santander, el pasado jueves 17 de enero; así lo explicó el auxiliar Suache a Noticias RCN.
“Yo estaba en la garita tomando agua. Cuando entra el vehículo mi capitán me modula a mí: ‘Pendiente ahí que va una camioneta gris que se va dirigiendo hacia donde usted. ¡Requísela, párela!’”.
De acuerdo a lo informado por el auxiliar, el conductor del vehículo al ver que él le hizo un llamado para que detuviera el vehículo, este tomó otro camino dirigiéndose a otra garita custodiada por otro auxiliar.
“Yo salgo de la garita y veo hacia el comedor, cuando ¡pam! explotó el carro”, cuenta Suache, asimismo dijo que la onda explosiva lo lanzó hacía una tabla quedando inconsciente por algunos minutos, luego despertó y “estaba en el pavimento encima de una camilla”, agregó en medio de su relató a Noticias RCN.
“Yo vi todo. El sonido, la nube negra, negra, negra tapando el cielo. Con ese susto como ¿qué pasó? O sea, el shock. Yo no me las creía. Gente entrando, gente llorando. Yo me senté porque estaba impresionado, llorando también […]. Las sirenas se escuchaban desde la Autopista Sur, se escuchaban las ambulancias: ‘¡Rápido, rápido!’”, así recordó el atentado terrorista el auxiliar, quien dijo que el panorama era desolador dentro de la institución.