La notable falta de popularidad y la caída libre en intención de voto de Juan Palacio de cara a la Alcaldía de Santa Marta, se estaría dando por lo caro que le salió autoproclamarse candidato del grupo Daabon.
Fuentes cercanas a Palacio, aseguran que de entrada, por todo su recorrido en el Concejo era visto como un candidato que se caracterizaba por sus camaleónicos cambios de posición, con los gobiernos de turno.
Primero enemistad con Caicedo, posteriormente una amistad con Fuerza Ciudadana y ahora una radical oposición por ser rivales de debate; todo eso, según sus cercanos, no levantó en popularidad y tampoco llenó las expectativas de empresarios de la ciudad, para apoyarlo.
Lo anterior generó según algunas personas cercanas a Juan Palacio, que ni siquiera el grupo Daabon, lo mirara como una propuesta seria para ir por la casa consistorial.
Muchos aseguran que la camaleónica posición de Palacio en el Concejo y lo que muchos han catalogado como una mínima dosis de mitomanía a la hora de generar propuestas y comprometerse con algunos adeptos; también le habría restado al candidato conservador.
Además, haber dicho desde el principio que empresarios de la ciudad, entre ellos los Dávila Abondano, apostarían por su candidatura, habría aumentado las peticiones de sus adeptos, formulas a Concejo y localidades, por solo escuchar con el apellido Daabon el inconfundible sonido que genera el metal de las monedas.
Las promesas y los compromisos no se vinieron dando y esto habría generado, que muchos hoy en día, no le copien a Palacio.
También se ha dicho que, al ver las encuestas, empresarios ya no ven a Palacio como una opción para depositar confianza ni dinero, en una campaña que en lugar de crecer, se hace tan pequeña como las reuniones que hoy en día congregan al candidato del conservatismo.