Asfixia mecánica. Esa es la causa de muerte de los hermanos Dairo y Wilmar Rivera Rodríguez, secuestrados el 14 de marzo de 2019 en el corregimiento de San Cayetano y enterrados ese mismo día en una fosa común en un predio cercano.
La larga y penosa espera para los Rivera ha terminado. Los cuerpos han sido reconocidos de manera oficial por Medicina Legal, en Barranquilla, y entregados ayer a las 12:30 de la tarde a sus familiares. Juan Pablo Rivera, sobrino de las víctimas, fue uno de los encargados de recibir los restos óseos de parte de los peritos forenses. La identificación se hizo a través de un proceso de muestras de ADN.
En la entrega de los restos también estuvo un hermano de Dairo y Wilmar, precisamente quien se salvó de correr con la misma suerte de ellos.
Los restos serán sepultados hoy, a las 10 de la mañana, en San Cayetano. Juan Pablo le aseguró a El Universal que la población le hará un homenaje a los dos hermanos.
¿Qué viene?
Con la identificación de los restos, los seis presuntos implicados en los secuestros y asesinatos de los ganaderos en el corregimiento de San Cayeteno, entre ellos la esposa de una de las víctimas, serán llevados a juicio por tres delitos el próximo jueves, 20 de febrero, día de la audiencia de acusación en el Centro de Servicios Judiciales, en la plaza Benkos Biojó, en Cartagena.
Como ahora la situación es otra, los investigados deben responder por los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir y secuestro extorsivo. Si los restos no eran reconocidos por Medicina Legal antes de esa fecha, los detenidos solo serían juzgados por secuestro extorsivo.
Los restos de Dairo y Wilmar, de 55 y 53 años, respectivamente, permanecían desde el 14 de mayo en la morgue de Medicina Legal, en la capital del Atlántico. Ese día fueron hallados los cuerpos en avanzado estado de descomposición en un predio aledaño a las fincas donde vivían los dos hermanos.
La información que le dieron en su momento a los Rivera indica que la identificación plena de los cuerpos tardaría seis meses. La tardanza, sin embargo, obedeció que a los cadáveres estaban en muy avanzado de descomposición y Medicina Legal hay otros casos pendientes de cuerpos que fueron hallados como NN en fosas comunes y que son de hechos que ocurrieron hace ya algunos años por acciones de grupos armados irregulares.
Los ganaderos fueron sacados a la fuerza de su finca, en San Cayetano, jurisdicción del municipio de San Juan Nepomuceno, el 14 de marzo del 2019. Dos meses después fueron hallados sus restos en un predio de esa misma zona, enterrados en una fosa común.
De esos seis retenidos, cuatro están la cárcel y dos tienen detención domiciliaria. Nelly Luz Yepes Posso, esposa por más de 30 años de Wilmar y madre de sus dos hijos, está en la nueva cárcel Distrital de mujeres que está en el sector Llave de Oro, en la conurbación Cartagena-Turbaco.
Tres de los capturados están en la Cárcel de Ternera y la otra mujer retenida cumple detención domiciliaria en el corregimiento de Las Piedras, en la vía Arjona-Arenal. Esta última es esposa de uno de los detenidos.
El otro investigado con casa por cárcel están en San Juan Nepomuceno. Ninguno de los detenidos aceptó los cargos que les imputaron, pese a que uno de ellos delató a los demás e indicó cómo se habría orquestado este maquiavélico plan.
Un hermano de Wilmar y Dairo se salvó de correr con la misma suerte de ellos aquel 14 de marzo de 2019 porque fue al pueblo -San Juan- a hacer una diligencia relacionada con la venta de un ganado. Ese día, Wilmar estaba en la finca de su mamá y Dairo en un predio aledaño también de la familia.
Varios sujetos armados entraron a las dos fincas, y tras sacarlos a la fuerza y doblegar a los empleados, los encerraron en un rancho en esa misma zona. Allí, cuenta un pariente de las víctimas, había ya una fosa lista para arrojar sus cuerpos.
Tomado de El Universal
