La mujer fue atacada a tiros dentro del local donde trabajaba, en el barrio Universal. El crimen vuelve a encender las alarmas por el control violento de grupos criminales sobre el comercio local.
La violencia asociada a las redes de extorsión sigue cobrando víctimas en Barranquilla. Esta vez, la ciudad se estremece con el asesinato de Amy Edith Nova Ovalle, una mujer que fue atacada a bala en la noche del domingo 8 de junio dentro de la salsamentaria en la que trabajaba como administradora, ubicada en el barrio Universal, en el suroriente de la capital del Atlántico.
El crimen ocurrió alrededor de las 8:00 p.m. en el local de razón social ‘Salsamentaria Kike’, situado en la calle 33G con carrera 2. Según testigos, dos hombres armados llegaron en motocicleta, ingresaron al establecimiento y le dispararon sin mediar palabra.
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De acuerdo con las primeras versiones, el ataque estaría relacionado con el no pago de una extorsión exigida por estructuras criminales que operan en la zona. Aunque las autoridades avanzan en la investigación, el patrón es conocido: los delincuentes envían amenazas, exigen cuotas semanales o mensuales, y en caso de negativa, ejecutan represalias.
Amy Edith Nova Ovalle, según relataron conocidos, cumplía su jornada habitual cuando fue sorprendida por los agresores. Los disparos impactaron su cuerpo en repetidas ocasiones, y aunque algunos testigos intentaron auxiliarla, murió en el lugar debido a la gravedad de las heridas.
“Estamos frente a un caso que lamentablemente se repite. No hay palabras para este dolor”, indicó un vecino del sector, quien prefirió no revelar su nombre por seguridad. “Ella era una mujer trabajadora, no se metía con nadie. Solo quería sacar adelante su negocio”.
El crimen dejó en estado de conmoción a clientes, residentes del sector y demás comerciantes, que aseguran vivir en constante temor por las exigencias criminales.
