La Defensoría del Pueblo advirtió sobre un escenario de alto riesgo en territorios de Magdalena, Cesar y La Guajira, ante la disputa de rutas del narcotráfico por parte de grupos armados, e instó a una respuesta inmediata y coordinada del Estado.
Un total de 21 municipios de los departamentos de Magdalena, Cesar y La Guajira fueron incluidos en una Alerta Temprana emitida por la Defensoría del Pueblo, debido a la posibilidad de enfrentamientos armados en la región de la Sierra Nevada de Santa Marta, una zona estratégica para las economías ilegales y el tránsito de estupefacientes.
Según el análisis de la entidad, el riesgo se concentra en territorios con alta complejidad social y geográfica, donde la presencia de grupos armados ilegales ha incrementado la tensión y la amenaza contra la población civil. Entre los municipios señalados se encuentran Santa Marta, Ciénaga, Puebloviejo, Zona Bananera, El Retén, Aracataca, Fundación y Algarrobo, en el Magdalena; Riohacha, Dibulla, San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca, Barrancas, Hatonuevo y Albania, en La Guajira; y Valledupar, El Copey, Bosconia, El Paso y Pueblo Bello, en el Cesar.
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La Defensoría del Pueblo alertó que este escenario podría agravarse por la confrontación entre estructuras armadas ilegales que buscan el control de corredores estratégicos, situación que pone en peligro derechos fundamentales como la vida, la integridad personal y la seguridad de las comunidades que habitan estos territorios.
Durante una sesión de la Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alertas Tempranas (Ciprat), realizada en Santa Marta y convocada por el Ministerio del Interior, la entidad reiteró la necesidad de adoptar medidas preventivas urgentes, con una acción articulada entre el Gobierno nacional, las autoridades locales y la fuerza pública, para evitar que los riesgos identificados se materialicen.
El informe también advierte que las comunidades más expuestas son los pueblos indígenas de la Sierra Nevada, entre ellos Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo, así como comunidades Wayúu, Zenú, Inga, Taganga y Ette Ennaka. A estas se suman poblaciones afrodescendientes, campesinas, pescadores artesanales, juntas de acción comunal, niñas, niños y adolescentes, defensores de derechos humanos y otros grupos históricamente vulnerables.


