A pesar del silencio oficial de Essmar, se conoció que los propios habitantes de los sectores afectados han tenido que tomar medidas paliativas, como barrer el frente de sus viviendas para intentar mitigar la presencia de las aguas contaminadas.
La movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos de Santa Marta se ven gravemente afectadas por una preocupante situación: la inundación de aguas servidas en puntos neurálgicos del Centro Histórico y en diversos barrios de la ciudad.
La problemática, que dificulta el tránsito de vehículos particulares, transporte público y peatones, parece tener su origen en deficiencias operativas de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) – Norte, aunque la Empresa de Servicios Públicos del Distrito de Santa Marta (Essmar E.S.P.) no ha emitido una explicación oficial.
Escenarios de insalubridad e intransitabilidad se viven en la calle 22 con carreras 2 y 1, así como en la carrera 1 entre calles 22 y 23, en inmediaciones del Club Santa Marta y la entrada principal a la Marina Internacional. Las aguas negras brotan de los registros o manjoles, convirtiendo estas importantes vías en focos de contaminación y obstáculos para la circulación.
La crítica situación se extiende a diferentes calles del barrio Pescaíto. Asimismo, barrios del nororiente, pertenecientes a la antigua Comuna Cinco, como Ondas del Caribe, Chimila I y II, Los Fundadores, Divino Niño, El Salvador – Pantano y Santa Fe, llevan más de dos semanas sumidos en aguas putrefactas, generando grave malestar y riesgos sanitarios para sus habitantes.
Incluso sectores que tradicionalmente no sufrían este problema se ven afectados. La entrada al barrio El Líbano 2000, cerca de la Glorieta de La Piragua, presenta desde ayer rebosamientos de alcantarillas que se desbordan hacia un canal paralelo al Polideportivo Sur.
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A pesar del silencio oficial de Essmar, se conoció que los propios habitantes de los sectores afectados han tenido que tomar medidas paliativas, como barrer el frente de sus viviendas para intentar mitigar la presencia de las aguas contaminadas.
La preocupación de la ciudadanía se intensifica ante el hecho de que estas inundaciones de aguas servidas ocurren sin que se hayan registrado lluvias recientes en la ciudad. Esto genera interrogantes sobre la capacidad de la infraestructura de alcantarillado para afrontar la esperada temporada de lluvias.
