El odontólogo afirmó que solo lo sacaban una hora para bañarse y hacer sus necesidades.
En la mañana de este lunes, se realizó una eucaristía en el municipio de El Banco, Magdalena, para celebrar la liberación del reconocido odontólogo Juan Carlos Bayter. En medio de la misa, el también empresario realizó una intervención y contó su calvario en los cuatro meses que duró privado de su libertad.
Bayter contó detalles de como una mañana tranquila, en la llevaría a sus hijos en compañía de su esposa al colegio, se convirtió en un largo tiempo de cautiverio.
“Estuve en un campamento y para llegar hasta ese lugar tuve que hacer una travesía de 14 horas en mula, sin descansar. En los cuatro meses yo desayunaba, almorzaba y cenaba con el santo rosario en mis manos. Me sacaban solamente una hora para bañarme y lavar la ropa, que solamente eran dos camisetas y tres sudaderas”, contó Bayter.
Asimismo, relató que durante su secuestro solamente pensaba en sus hijos, esposa, padres y familiares; y aferrarse a Dios fue uno de los puntos claves para no perder la esperanza y fe de liberación. “Las personas que me vigilaban siempre me trataron bien, hasta uno de ellos todo el tiempo estuvo dándome palabras de aliento y eso la verdad me motivó”, dijo.
Por otro lado, relató como en medio de su estadía en el campamento hizo un baúl para que todas las plegarias de los banqueños quedaran allí y los ayudaran con su motivación de estar libre.
“El mercado siempre llegaba cada 15 días y cuando se estaba acabando, creía que era momento de mi liberación, pero no”, agregó el odontólogo.
Asimismo, aseveró que el domingo 18 de febrero cuando le indicaron que iba a ser liberado, su felicidad no cabía en su cuerpo y rápidamente se despidió de sus captores, quienes le expresaron su cariño y hasta le habrían pedido que se quedara.
El profesional en salud culminó su intervención con la célebre frase “Vivan la vida como si fuera el último día; amen a sus hijos, a sus esposas, a su mamá”.
Hay mencionar que, la libración del odontólogo se dio en una zona limítrofe entre los departamentos del Cesar y Norte de Santander, gracias a un gesto humanitario resultado de la Mesa de Diálogos de Paz.