Familia demanda al cirujano tras la muerte de su hijo por reacción adversa a la anestesia durante extracción de muelas.
Una intervención odontológica rutinaria se transformó en una tragedia para la familia Edge cuando Erik Edge, un joven de 17 años, perdió la vida durante una cirugía para la extracción de sus cordales.
Erik, quien aún cursaba la secundaria, llegó al consultorio con la expectativa de que la intervención sería sencilla, ya que la extracción de las muelas del juicio es considerada una cirugía de bajo riesgo. Sin embargo, lo inesperado ocurrió ese día.
Mark Edge, su padre, relató cómo dejó a su hijo en la clínica con la confianza de que todo iría bien, solo para ser alarmado poco después por la llegada de paramédicos, señal de que algo había ido mal.
Según la familia, Erik habría sufrido una reacción adversa a la anestesia administrada durante el procedimiento, lo que ellos consideran un evento completamente prevenible. La familia sostiene que el joven habría sobrevivido si se hubieran tomado las precauciones adecuadas.
Como resultado, la familia ha demandado al cirujano que realizó la operación, señalando que él asumió simultáneamente los roles de cirujano y anestesiólogo, lo que podría haber comprometido la seguridad del paciente y desencadenado la fatal reacción.