Tres de ellos son beneficiarios de la estrategia de gratuidad de la educación.
En un acto solemne y especial la Universidad del Magdalena celebró la Ceremonia de la Luz, donde 51 estudiantes de noveno semestre del Programa de Enfermería, recibieron el aval para realizar sus prácticas profesionales.
En la ceremonia los docentes entregaron la lámpara a los futuros enfermeros, como símbolo de la luz que se remonta a los inicios de la profesión. Así mismo, al recibir las respectivas tocas y placas, los estudiantes profesaron ejercer su trabajo con respeto, humanismo y responsabilidad ética.
Los estudiantes vivieron este momento con la emotividad de emprender la última etapa de su formación en instituciones clínicas y comunitarias, confiados en que, con éxito y alta calidad, pondrán en práctica los conocimientos adquiridos.
María Robles Álvarez, conmovida por su crecimiento personal y profesional, agradeció a Unimagdalena por la educación y el apoyo que recibió desde segundo semestre y afirmó: “poder estudiar con matrícula cero me permitió culminar mi carrera”.
Para Arnaldo Vives Palmesano, confiar en Unimagdalena fue una de las mejores decisiones para el futuro de su hija Diana Vives. “Todos mis hijos han estudiado aquí. Seguiré muy agradecido con la Universidad, ha sido lo mejor”, aseguró orgulloso.
Frutos de Talento Magdalena
Esta es la segunda Ceremonia de la Luz que ha contado con la presencia de jóvenes beneficiarias del programa Talento Magdalena que accedieron a la educación superior con cupo especial por destacarse en sus municipios de origen como mejores bachilleres.
Sofía Barranco Carrillo, oriunda de Fundación-Magdalena, relató que desde su ingreso la Universidad ha dispuesto su capacidad institucional para que ella y otros becarios cursaran sus estudios con todos los apoyos necesarios en materia académica, psicológica y económica.
Por otra parte, de acuerdo con la doctora Diana Acosta Salazar, directora del Programa de Enfermería, este grupo de 51 estudiantes constituye la segunda cohorte que sale a la sociedad tras la obtención de la Acreditación Internacional ARCU-SUR, la cual agrega valor al reconocimiento de los futuros graduados en el campo laboral.
Esta etapa de transición significó para estos jóvenes una oportunidad de demostrarse a sí mismos y a la sociedad que sí es posible transformar sus vidas a través de la educación superior, para lo que Unimagdalena fue promotora fundamental, alineada a los principios fomentados desde el primer período de gobierno del rector Pablo Vera Salazar.