El conductor del camión dijo que transportaba el combustible a una estación de Santa Marta.
Una chispa y más de 5.950 galones de gasolina fue lo que produjo la gigantesca conflagración de un camión cisterna que, hasta el momento, ha acabado con la vida de 10 personas y otras 39 permanecen recluidas en diferentes centros asistenciales.
Manuel Montaño, conductor del vehículo, contó que se dirigía hacia la capital del Magdalena para abastecer una estación de gasolina, sin embargo, por trata de esquivar una babilla, perdió el control y terminó volcado a un costado de la vía.
De inmediato, según lo manifestado por el chofer, las personas residentes en corregimiento de Tasajera, zona donde se registró el accidente, llegaron como “hormigas” para robarse el combustible, pero todo terminó en una tragedia.
“Llegaron como hormigas. Eso veías tú las motos que llegaban e iban para abajo. El desorden que había era mucho, eso se derramó el combustible. El riesgo era latente”, declaró Cataño Hernández.
Montaño relató que uno de los jovenes que participaba del robo intentó robarse la batería y esto habría sido el detonante del lamentable suceso, pues afirma que en medio del forcejeo esto hizo que el aparato botara chispa e hiciera contacto rápidamente con la gasolina.
De acuerdo con lo manifestado por residente de esa población, el hambre y la falta de ingresos por la cuarentena los obligó a dirigirse hasta el camión para robarse el combustible y posteriormente venderlo sobre esa misma vía.
Expertos en este tipo de accidentes aseguran que la gasolina es absolutamente tóxica e inflamable, por lo tanto, una vez sucedió el accidente, las autoridades debieron cerrar la vía y aislar el tráfico y a las personas, por lo menos, a 800 metros a la redonda.