Estas personas viven todo un infierno.
La celda ocho del patio Santander en la cárcel de Villavicencio, donde estaban recluidos 58 adultos mayores, según el informe del diario El Tiempo, se convirtió en el germen del contagio del coronavirus, que en cuatro semanas tiene a 421 personas, entre internos y guardianes, enfermos. En ese patio murieron tres reclusos.
“Creemos que nos contagiamos por José Quiñones o Plinio Tapiero, quienes estuvieron en el hospital de Villavicencio a principios de abril”, sostiene Lorenzo Almanza, un interno que estuvo en la celda ocho, entrevistado por el periódico colombiano.
El rotativo agrega que la celda es una sucesión de dormitorios lóbregos, sin puertas y con poca ventilación. En los cuartos para cuatro internos duermen ocho presos y en los de diez descansan 18. Los camarotes solo se distancian por un metro y se vive soportando temperaturas superiores a los 25 grados.
Los más antiguos tienen derecho a cama, una placa de cemento sobre la que extienden un colchón o colchoneta; los nuevos tienen que dormir en el piso, el pasillo, el baño o por horas, mientras otros esperan sus turnos parados.